Un estudio sugiere que la evolución en una isla aumenta la longevidad de las especies, como el Myotragus en Mallorca

Las investigaciones se han llevado a cabo a partir de los fósiles hallados en Cova Estreta (Pollença), Cova des Moro (Manacor) y Cova Moleta (Sóller)
El Bóvido Balear Extinto Myotragus Balearicus
El Bóvido Balear Extinto Myotragus Balearicus
INSTITUTO CATALÁN DE PALEONTOLOGÍA (ICP)
El Bóvido Balear Extinto Myotragus Balearicus

La evolución a lo largo de miles de años de una especie en una isla, en un contexto de ausencia de depredadores y de recursos alimenticios limitados, favorece una mayor longevidad, como sucedió en el caso del Myotragus en Mallorca, según sugiere un estudio del Instituto Catalán de Paleontología (ICP).

La investigación, que se ha llevado a cabo a partir de los fósiles de este bóvido de Baleares que se extinguió hace 3.000 años, el 'Myotragus balearicus', ha sido publicada este miércoles en la revista 'Proceedings of the Royal Society B'.

El estudio recuerda que el Myotragus sobrevivió totalmente aislado y sin depredadores en Mallorca y Menorca durante más de 5 millones de años, por lo que cambió su sistema locomotor y tamaño haciendo del enanismo, la disminución del cerebro y los cambios en la dentadura sus rasgos evolutivos más característicos.

De esta forma, a teoría se ha centrado en el tamaño de los dientes, al entender que una mayor altura está asociada a una vida más larga, lo que contradice el consenso hasta la fecha que achacaba las diferencias en la dentadura se deben a la dieta y al clima.

Los investigadores consideran que tener la corona dental más alta puede ser un indicador de especies más longevas, como demuestra que el análisis en el caso del Myotragus del crecimiento anual del cemento de los dientes aporta una edad media de vida de unos 27 años, el doble de lo que es usual para un bóvido de su masa corporal.

El estudio, llevado a cabo a partir de los fósiles hallados en Cova Estreta (Pollença), Cova des Moro (Manacor) y Cova Moleta (Sóller), muestra que las tasas de supervivencia en edades juveniles y adultas de este animal son más elevadas que en los bóvidos continentales actuales, lo que evidencia que la especie envejecía tarde.

Los resultados, consistentes con la teoría evolutiva del envejecimiento, señalan que la especie se adapta cambiando la duración de su vida seleccionando a los individuos de la población que tengan los dientes más altos.

Xavier Jordana, el investigador principal y profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), considera que los resultados tendrían implicaciones en los mamíferos herbívoros en general, extintos y actuales, y más concretamente en las especies endémicas de las listas.

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