Un jurado declara culpable de asesinato al autor confeso de la muerte de su mujer en La Caleruela (Jaén)

El jurado popular encargado de dictaminar en el juicio que ha acogido la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén contra el autor confeso de la muerte de su mujer en la pedanía La Caleruela de la localidad jiennense de Villacarrillo, Alfonso G.A., le ha declarado culpable de asesinato, habiendo considerado las agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco, según ha manifestado a Europa Press el letrado de la acusación particular, Juan Bautista Díaz de Corcuera.

El jurado popular encargado de dictaminar en el juicio que ha acogido la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén contra el autor confeso de la muerte de su mujer en la pedanía La Caleruela de la localidad jiennense de Villacarrillo, Alfonso G.A., le ha declarado culpable de asesinato, habiendo considerado las agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco, según ha manifestado a Europa Press el letrado de la acusación particular, Juan Bautista Díaz de Corcuera.

En el veredicto del jurado, compuesto por cuatro mujeres y cinco hombres, que ha tenido lugar en la tarde noche de este martes, al día siguiente de iniciarse la vista, se ha concluido que Alfonso G.A. "no está arrepentido" y que tampoco hubo "obcecación" en su acción, tal y como ha expuesto el abogado de la defensa. Así, para Díaz de Corcuera el análisis del crimen ha sido "ejemplar", del mismo modo que ha querido agradecer el impulso de las acusaciones, del Estado y de la Junta de Andalucía, en el plenario.

Tras la deliberación del jurado popular, la Sección Primera de la Audiencia tendrá que emitir una sentencia en la que impondrá al procesado una pena de entre 22 años y medio, que pide el Ministerio Fiscal, y 25 años de prisión, que pide la acusación particular, después de que el acusado haya alegado en su defensa que mató a su esposa movido por los "celos" tras confesarle la misma, el 30 de enero de 2011, cuando acaecieron los hechos, que "había mantenido relaciones con otro en su propia cama".

Esto sucedió, según Alfonso G.A., momentos después de que su hija menor abandonara el domicilio familiar para acudir a una población vecina, si bien ésta expresó en su declaración como testigo que su padre le dijo "vete ya, ten el coche y las llaves y te vas", cuando siempre había evitado que cogiera el coche dada la depresión que sufría. Además, la joven aseguró que su progenitor le "insistía" en que le dijera cuándo volvía su madre de Tarragona, adonde había ido por cuestiones de trabajo.

De su lado, la hija mayor afirmó este lunes en la vista que su madre había vuelto a La Caleruela a "recoger el coche y sus pertenencias para mudarse a Úbeda (Jaén)", adonde supuestamente iba a trabajar, si bien tenía "intención de que fuera a recogerla su hermano". Además, ha alegado que "siempre estaban con miedo porque cuando su padre estaba bien era una buena persona, pero cuando se aceleraba, le tenían miedo", habiendo temido alguna vez "por su integridad".

Por su parte, los informes de los psiquiatras no han advertido una patología severa por celos en el presunto asesino, si bien han contradicho la versión que el acusado daba al declarar que "no es celoso, sino muy celoso". Además, los peritos han señalado que en una entrevista en profundidad llevada a cabo tras los hechos, Alfonso G.A., no queriendo colaborar, "dijo que no era celoso" y que "había llevado bien que su mujer fuese a reuniones y comidas de trabajo".

Asimismo, en dicho encuentro, el procesado no manifestó que su mujer hubiera tenido relaciones sexuales con otro hombre, motivo que, según él, determinó la agresión. Es más, los peritos han confirmado que "él creía que en la pareja no había problemas de infidelidad". Eso sí, les transmitió que su mujer "lo abandonaba". Además, les dijo que no había consumido alcohol ni drogas "desde hacía once meses, puesto que le había traído problemas en su matrimonio", si bien esto se contrapone a lo que ha indicado en la vista de este lunes.

Sin consumo de alcohol y drogas

Al respecto, los análisis toxicológicos llevados a cabo en un laboratorio de Sevilla, relativos a muestras de sangre, orina y cabello del presunto asesino, ratifican que no había consumido alcohol ni estupefacientes en 24 horas desde que se tomó la prueba, del mismo modo que demuestran que durante mes y medio atrás no había sido consumidor habitual de drogas.

Por otra parte, los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación indicaron que el procesado estaba "muy tranquilo" cuando fue interrogado, algo que "les llamó mucho la atención" y tampoco tuvo un "llanto espontáneo". En lo que se refiere al 'modus operandi' efectuado por el acusado, señalaron que cuando volvía de la cocina con el cuchillo al objeto de acabar con la vida de su pareja sentimental, lo hizo "con la hoja del arma paralela a su antebrazo y manteniéndola oculta".

En cuanto al trabajo realizado por los médicos forenses, los mismos informaron de que la víctima presentaba diez heridas por arma blanca, si bien no presentaba signos de violencia ajenos a la misma. El supuesto asesino le provocó una hemorragia interna a la víctima y otra externa, la primera debido a las cuatro heridas torácicas y la segunda a las tres que tenía en el cuello, estando las otras tres lesiones en las manos, tanto en la parte externa como interna, por haber intentado defenderse.

Al hilo de esto, los médicos comentaron que tenía varias heridas mortales, pero "la que más rápido le produjo la muerte es la puñalada en el corazón", que, al parecer, se la asestó estando la víctima de espaldas a él. Las lesiones del cuello, que no tocaron la arteria carótida, hicieron que se desangrara, aunque más lentamente. En concreto, los forenses han deducido que pudo tardar en morir "diez minutos" desde que comenzara a recibir la decena de puñaladas, las cuales fueron "muy coetáneas", llegando la víctima a "sufrir".

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