Dos compañías fusionan teatro y danza en un espectáculo que se estrena este sábado en la Sala Gades

La obra estará presente en el Festival de Teatro TEA, en Toledo, y viajará al municipio gaditano de Jerez de la Frontera en mayo
Escena De 'No Es La Lluvia, Es El Viento'
Escena De 'No Es La Lluvia, Es El Viento'
EUROPA PRESS
Escena De 'No Es La Lluvia, Es El Viento'

Las compañías malagueñas Trasto Teatro y SilencioDanza han decidido unir sus respectivas disciplinas para dar a luz a un espectáculo que fusiona flamenco, danza contemporánea y el trabajo de máscaras. Se trata de la obra 'No es la lluvia, es el viento', el último eslabón de la Triología del Desaliento, que ahora sale del piso de la calle Frank Capra de Teatinos para irrumpir en la Sala Gades de la capital.

Esta primera cita será este sábado, a las 21.00 horas, aunque ya hay previsto un calendario de actuaciones que llevará la obra más allá de la provincia malagueña. Por el momento, el próximo viernes la facultad de Pedagogía de la Universidad de Málaga se hará eco de otra función, a las 18.00 horas; y en mayo estará presente en el Festival de Teatro TEA, en Toledo, y en el municipio gaditano de Jerez de la Frontera.

De hecho, 'No es la lluvia, es el viento', una obra que explora en las relaciones de tiranía y sometimiento que establece el individuo con sus propios miedos, cuenta con el aval del Premio de Creación 2012-Cáceres. Este galardón, consistente en una beca de residencia artística en el Centro de Gestión y Recursos Escénicos La Nave del Duende, lo han recibido otras compañías de Italia, Francia o Chile, así como, en España, la de Teresa Nieto.

'No es la lluvia, es el viento' es una pieza teatral interpretada por bailarines. Para ello, ambas compañías han trabajado en fusionar dos lenguajes y en traducir "íntegramente el texto a la danza". Se trata, por tanto, de una propuesta "muy diferente", dirigida por Raúl Cortés y con coreografía de Nieves Rosales. Esta misma protagoniza la obra junto con otra bailarina, María José Páez.

El reto consistía, en primer lugar, en "dirigir a bailarines, no a actores", y, después, en "confrontar" dos conceptos distintos de la danza: el de Cortés, "muy orgánico" y, el de Rosales, "muy académico", según ha explicado el director de Trasto Teatro en declaraciones a Europa Press.

"Lo que pretendíamos era trascender esa concepción que se tiene de la danza como algo muy bien colocado, muy elegante, muy correcto; y llegar así al intérprete, que tiene que ser todo bailarín". En definitiva, un "viaje" que, como ha reconocido, ha sido "bastante interesante para las dos compañías".

En esta obra se analizan las relaciones que el individuo establece con sus propios miedos, su inseguridad, sentimientos de culpa; que va desfigurando el rostro e imponiendo una fisionomía y una manera de mirar el mundo. "Y es al mundo al que precisamente nos presentamos con ese rostro", ha señalado Cortés.

Por tanto, 'No es la lluvia, es el viento' indaga en la valentía de ser capaz de mirar a los miedos "frente a frente, aún sabiendo que muchas de las veces vamos a salir derrotados". Es decir, en la capacidad del individuo de afrontar sus fantasmas, sus pequeñas derrotas, sus frustraciones; y no cejar en la búsqueda de la belleza por encima de todo, ha agregado.

Con esta obra, Trasto Teatro completa un lustro de puesta en escena de la Trilogía del Desaliento, que se compone por las obras 'Contadoras de Garbanzos', 'No amanece en Génova' y 'No es la lluvia, es el viento'.

Hasta ahora, la compañía había protagonizado la propuesta de hacer teatro en casa como batalla a la situación de la escena malagueña, el denominado "teatro de la decepción", pero, como ha reconocido su propio artífice, el giro artístico de incluir flamenco al espectáculo dificulta esta posibilidad.

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