El presunto asesino de La Caleruela dice ser "muy celoso" y critica que su mujer "lo provocara"

El presunto asesino de la mujer de la pedanía La Caleruela de la localidad jiennense de Villacarrillo, Alfonso G.A., ha relatado en la primera sesión de juicio con jurado popular, que ha tenido lugar a lo largo de la mañana de este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén, que "no es celoso, sino muy celoso", asegurando que su esposa no tenía que haberlo "provocado" contándole el 30 de enero de 2011, el día en que acaecieron los hechos, que "había mantenido relaciones con otro en su propia cama".
Un Momento Del Juicio Por La Muerte De Una Mujer En La Caleruhela
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EUROPA PRESS
Un Momento Del Juicio Por La Muerte De Una Mujer En La Caleruhela

El presunto asesino de la mujer de la pedanía La Caleruela de la localidad jiennense de Villacarrillo, Alfonso G.A., ha relatado en la primera sesión de juicio con jurado popular, que ha tenido lugar a lo largo de la mañana de este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén, que "no es celoso, sino muy celoso", asegurando que su esposa no tenía que haberlo "provocado" contándole el 30 de enero de 2011, el día en que acaecieron los hechos, que "había mantenido relaciones con otro en su propia cama".

En la vista, el acusado, que el pasado mes de mayo habría hecho 26 años casado con la mujer a la que supuestamente mató, ha comenzado su declaración afirmando que "esto es una historia espectacular", en referencia a la actitud que había mantenido con él la ya difunta. Así, ha relatado que el día en que tuvieron lugar los hechos acudió a primera hora de la mañana con su hija a la estación de autobuses de Villacarrillo al objeto de recoger a su mujer, que llegaba entonces de Tarragona.

Tras esto, fueron al domicilio familiar, a unos 15 minutos de la estación, y allí se dispusieron a tomar el desayuno que la hija pequeña de ambos había preparado tras decidir su madre que desayunarían "mejor en casa", según ha comentado el procesado. Después de desayunar, la joven se fue a la localidad vecina de Santo Tomé, adonde tenía previsto ir a la peluquería para posteriormente acudir a una entrevista de trabajo. Para ello, le entregó las llaves del coche, a pesar de que "hubiese querido llevarla él por los problemas psicológicos" que tenía su hija.

A preguntas del Ministerio Fiscal, Alfonso G.A. ha aseverado que "no insistió" en que se fuera de la casa, aunque, "como en cualquier matrimonio, quería quedarse a solas" con su esposa. Fue entonces cuando le preguntó cuándo tenía intención de irse a vivir a Úbeda (Jaén), localidad en la que la que la víctima tenía previsto trabajar en adelante. El tono de la discusión "subió" porque, entre otras cosas, ella comentó que "le iba a denunciar falsamente", según ha incidido el acusado mostrándose nervioso e indignado.

Al hilo, y siguiendo con las preguntas de la fiscal, el procesado ha señalado que se trata de algo que "quería decirle a sus hijas a la cara para que supieran lo que había pasado". Además, ha garantizado que "si él fuera el hijo iba y le preguntaba a su padre qué había pasado, aunque no volviera a hablarle más". Esto, unido a la supuesta afirmación de la víctima de que "se había acostado con otro" en su propia casa, el procesado ha dicho que fue lo que le llevó a ir a la cocina a coger un cuchillo, si bien de lo que ocurrió después "no se acuerda".

"No sé cómo fui a la cocina ni cómo volví al comedor". En este sentido, ha indicado que en la cocina había "300.000 cuchillos", algo tras lo que la juez de la Sección Primera le ha pedido que no exagerará y que hablara "sin ánimo de hacer creer historias". Entonces ha asegurado que en su casa "les ha gustado siempre que hubiera cuchillos", preguntándole a colación de ello la Fiscalía si era cierto que el padre del acusado había sido matarife, lo que ha respondido afirmativamente.

"no tenía ni idea"

En cuanto a la cantidad de cuchilladas que presuntamente asestó a su mujer, Alfonso G.A. ha expresado con aparente tono chulesco —como en la mayor parte de la vista— que "no tenía ni idea". Según ha continuado, "tenía que haberse marchado y no haberme provocado". Además, ha comentado no recuerda si su esposa se defendió de la agresión con el cuchillo de 30 centímetros de hoja y 2,2 centímetros de ancho, aunque "le arrancó la manga del jersey" que llevaba puesto.

Tras provocar supuestamente la muerte a su víctima, muerte que según él no fue premeditada, pues, de haberlo tenido planeado "no la hubieran encontrado", llamó al hermano de su mujer, a quien le pidió "que le perdonara y que había acabado con la vida de su hermana". También llamó a una amiga de la misma, a quien le dijo "que ya podía llevar flores a la tumba". A continuación, salió a la calle y se lo contó a un vecino, al que le dijo lo mismo, "sí, sí, está muerta".

De la misma manera, Alfonso G.A. ha reiterado que "debería estar él muerto en lugar de ella", habiéndose emocionado en algún momento de su declaración. Así, y en cuanto al problema de celos que afirma tener, ha hecho alusión a que es "tan celoso que la seguí apara traérsela a casa otra vez cuando salía a la calle". De hecho, se ha referido también a que estuvo denunciado por malos tratos en Tarragona y en Andorra, adonde la pareja convivió durante un tiempo, y adonde se le impuso una orden de alejamiento por un periodo de cuatro años.

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