Ciudades con encanto medieval: La Iglesuela del Cid

La iglesia, junto a la torre fortificada de los Nublos.
La iglesia, junto a la torre fortificada de los Nublos.
La iglesia, junto a la torre fortificada de los Nublos.

El nombre de esta localidad turolense de apenas 500 habitantes anuncia un pasado estrechamente ligado al del Cid Campeador. Las calles de La Iglesuela del Cid forman un complejo entramado que recorre un pasado histórico que ubica su etapa de máximo esplendor en la época romana, de la que se conservan restos arqueológicos a las afueras del pueblo.

El período de bonanza se extendió también a buena parte de la Edad Media y la Edad Moderna, fruto del cual dan fe las construcciones nobiliarias y palaciegas que atesora la localidad. Éstas se erigen sobre un antiguo casco urbano de sabor templario, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1982.

La Plaza Mayor es el epicentro de la vida en La Iglesuela, y aquí se encuentra el ayuntamiento, construido entre el los siglos XIII y XV, y la famosa casa Matutano Daudén, de excelentes interiores barrocos hoy convertidos en hospedería de señorial encanto.

En la misma Plaza Mayor se alza también la antigua torre fortificada de los Nublos, adosada al edificio del ayuntamiento y de origen medieval. En sus proximidades, la iglesia de la Purificación y la casa Blinque completan los bienes de la plaza, y ya en las calles aledañas puede hacerse un breve recorrido por las diversas edificaciones nobiliarias que pueblan La Iglesuela, como la casa Guijarro o la de Santa Pau.

También hay construcciones más modestas, como la ermita de Cid, ubicada fuera del núcleo principal, o las de San Pedro, la de Loreto, la del Calvario y la de los Paules. En todas ellas, y por extensión en todo esta localidad de la comarca del Maestrazgo, la piedra adquiere un especial protagonismo, presente en puentes, fachadas, lonjas o escudos, impregnando el entorno de un aroma medieval reconfortante.

Tanto iglesuelanos como turistas hallarán en este pueblo fronterizo con la provincia de Castellón una joya de la gastronomía ibérica, el jamón, con denominación de origen de Teruel.  Junto a él, el melocotón de Calanda y el aceite del Bajo Aragón. Imprescindible comprarlos para probarlos tranquilamente en casa.

Algunas pistas

Dónde comer: Restaurante Casa Amada; bar Amadeo; restaurante Hospedería del Maestrazgo.

Dónde dormir: Hospedería del Maestrazgo; casa rural La antigua botiga; hotel La Iglesuela del Cid.

Fiestas: Romería del Cid de Mayo, San Luis Gonzaga (junio), San Abdón y San Senén (julio), Natividad de la Virgen (septiembre).

Pero sobre todo… No te pierdas las visitas guiadas por el pueblo. En cada resquicio de este enclave se esconde una historia interesante.

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