La policía argentina ha tenido que custodiar el ingreso al yacimiento Manantiales Behr, uno de lo más importantes de YPF en la provincia de Chubut, por temor a enfrentamientos armados entre grupos de los sindicatos por el control de los puestos de trabajo tras la expropiación por el Gobierno argentino de la petrolera a la española Repsol.

"Esto es una gran confusión desde el anuncio de la expropiación. Es tierra de nadie. Y cada gremio busca ganar su espacio. Por eso se temían nuevos enfrentamientos", indicó una fuente policial en declaraciones al diario 'Clarín'.

En concreto, unos 50 efectivos fueron enviados al yacimiento ante la certeza de que habría choques armados entre los grupos sindicales del país.

En el sector petrolero en Argentina conviven, al menos, cinco gremios: Petroleros Privados, Jerárquicos, Camioneros, UOCRA y Dragones.

En este caso el enfrentamiento se ha producido entre trabajadores de UOCRA y los Dragones, ya que estos últimos temen por la continuidad de obras ya que alegan que no tienen claro cómo será el futuro de sus puestos en YPF tras la expropiación de la compañía, indicó el diario.

El oficialismo sumó este miércoles apoyos en el Senado argentino para avanzar en la aprobación del proyecto de ley de expropiación  durante un largo debate que se puede prolongar hasta bien entrada la noche y que dará paso a su aprobación definitiva en el Parlamento.

El debate en el Senado, que podría dilatarse más de diez horas, permite a la oposición cargar contra la política energética de Cristina Fernández; sin embargo el Ejecutivo consiguió sumar a sus intereses en esta ocasión a radicales, peronistas disidentes y hasta al expresidente Carlos Menem (1989-1999), que durante su mandato privatizó YPF y que dijo que apoyará la expropiación aun a sabiendas de que le "darán con un caño", tal como anunció recientemente.

La opositora María Eugenia Estenssoro, de la Coalición Cívica, decidió abstenerse en la votación tras denunciar que "el golpe de gracia" para la petrolera fue asestado por Menem, con la privatización "aplaudida" por gran parte de los dirigentes del país, incluido el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), quien "acompañó enérgicamente" esa oposición.

"No podemos subsanar ese grave error con otro acto de corrupción", advirtió Estenssoro, para quien "culpar a la gestión de Repsol por la mayor crisis petrolera de nuestra historia es una simplificación y una trampa".

La senadora alertó contra un modelo de "hiperconcentración de la riqueza y el poder", y cuestionó el nombramiento de Julio de Vido al frente de la intervención de YPF cuando, recordó, "pesan sobre sus espaldas" problemas tan graves como el accidente de tren que costó la vida a 51 personas recientemente o el colapso de la producción petrolera.