El editor y activista cultural Josep Maria Berenguer (Barcelona, 1944), responsable de la famosa revista El Víbora, falleció el lunes en Barcelona a consecuencia de un cáncer.

Así lo ha confirmado la asociación del cómic FICOMIC, de la cual fue miembro fundador  y vicepresidente.

Editor de la editorial La Cúpula, Berenguer, de 67 años, era un referente internacional del mundo del cómic y uno de los renovadores de la industria desde la Transición cuando publicó la revista antisistema El Víbora.

"Cuanto más nos criticaban más vendíamos", ha recordado el jfede de producción de la Cúpula, Emilio Bernárdez, que ha definido a Berenguer como un revolucionario, capaz de abrir caminos que nadie había transitado y de sortear, durante años y sin rabia, el desprecio de la cultura española hacia el cómic.

Berenguer estudió Bellas Artes y en los años sesenta y setenta se ganó la vida como fotógrafo e ilustrador freelance. Gracias a sus diversos viajes por Estados Unidos, conocía de primera mano la cultura underground, tanto de los viñetistas como de la literatura de novelistas como Jack Kerouac o Allen Grinsberg.

A finales de los años setenta, se cruzó con el editor de cómics Josep Toutain. Ambos vivían en La Floresta (Barcelona) y colaboraban en el boletín de la asociación de vecinos de esta localidad, titulado El enterao. Toutain escribía y Berenguer ilustraba. Cuando Berenguer le explicó a Toutain que quería fundar una revista de artes visuales, éste le apoyó económicamente.

En 1979 nacía El Víbora, una publicación comprometida, contracultural, urbana e independiente, que se convirtió en un referente para más de una generación de lectores y de autores. Allí publicaron algunos de los mejores creadores de la historieta nacional e internacional como Nazario, Gallardo, Mediavilla, Max, Montesol o Alfredo Pons. Incluso Pedro Almodóvar llegó a publicar en sus páginas una fotonovela.

La revista llegó a superar los 42.000 ejemplares mensuales en su época de esplendor, a mediados de los años 80, y desapareció en enero de 2005 tras haber cumplido 300 números.

La Cúpula, la editorial de Berenguer, publicó otras revistas, como Makoki (1982), la erótica Kiss Comix (1991), Claro que sí cómics (2005), y multitud de álbume y series de magan de terror para adultos.

El fallecimiento de Berenguer ha provocado las primeras reacciones. El diseñador Javier Mariscal ha descrito al dibujante como "un gran equilibrista entre lo posible y la locuro de unos jóvenes artistas, en un momento en el que el cómic no se tenía en cuenta".

Para el escritor y cineasta Hernán Migoya, el fundador de El Víbora fue el "gran editor de cómic underground de España" que rompió los formalismos y supuso "un símbolo de libertad creativa".

Cosmopolita, divertido, un "viva la vida"... todos sus amigos reconocen que Berenguer era un libertario "con una filosofía muy positiva de la vida".

"Tuvo dos conojones y medio porque nadie sabía entonces lo que iba a pasar", ha opinado el director de EDT, Joan Navarro, haciendo alusión al número especial que El Víbora dedicó al 23-F pocos días después del golpe de Estado de Tejero.