La comunidad internacional se ha vuelto a volcar en ayuda de los damnificados por el seísmo del pasado lunes en la isla de Sumatra. Pero miles de ellos siguen desolados por el dolor de la pérdida de seres queridos, o desconcertados y desorientados por haber perdido la práctica totalidad de sus bienes.
Estos días, las zonas más afectadas por el terremoto son un continuo trasiego de familias enteras y personas de todas las edades en busca de acogida o ayuda.
Pero el mal tiempo está entorpeciendo las labores de rescate y, además, las comunicaciones han resultado seriamente dañadas por el temblor de tierra.
Además, los expertos vaticinan que pueden producirse réplicas del terremoto de alta intensidad (hasta 7,5 grados en la escala Richter) durante un año.
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