Andrés Pajares: “Prefiero a Los Javis a Almodóvar”

Hablamos con Andrés Pajares ante el lanzamiento de su libro 'Mis memorias…antes de que se me olviden'.
Andrés Pajares: “Prefiero a Los Javis a Almodóvar”
Andrés Pajares: “Prefiero a Los Javis a Almodóvar”
Andrés Pajares: “Prefiero a Los Javis a Almodóvar”

El currículo de Andrés Pajares es una oda a la perseverancia. Basta con echarle un ojo a su libro Mis memorias…antes de que se me olviden (Almuzara) para verlo claro.

Aunque Pajares empezó a trabajar como actor cómico en salas de fiestas y en las compañías musicales de Antonio Machín, Manolo Escobar y Tony Leblanc, no adquirió estatus de estrella hasta que empezó a rodar películas bajo las órdenes de Mariano Ozores. Pero un sector de la crítica percibía en aquellos años que las comedias estrafalarias del trío Pajares-Esteso-Ozores, que nunca escondieron trasfondo ideológico o moralizante alguno, no aportaban absolutamente nada.

Eso sí, los espectadores españoles las acogieron con los brazos abiertos porque, de alguna forma, les aportaban algo de felicidad al tratar con humor ciertos temas y miserias que quizás en la vida real no tenían ni puñetera gracia. "La purificación del medio externo mediante la risa fue el mejor bálsamo de aquellas cintas, por eso fueron tan criticadas, porque no se congraciaban ni política ni ideológicamente con la realidad circundante del momento", señala a nuestra revista el escritor Juan José Montijano, coautor del libro y experto en el mundo del espectáculo español.

Para él, si Andrés Pajares y Fernando Esteso hubiesen nacido en EE UU ya tendrían hechos decenas de homenajes. “Siempre he defendido que las películas, aquellas calificadas como ‘españoladas’, surgieron en un momento muy definido de nuestra reciente historia. Eran y continúan siendo el auténtico testamento visual de aquellos años. Reflejaban a la perfección la actualidad social, el acontecer diario de los españolitos de entonces con sus filias y sus fobias, con sus problemas... en una sociedad protagonizada por unos personajes con los que nos sentíamos enormemente identificados, eso sí, tamizados por la sátira y la burla”, explica.

Durante años, muchos críticos encasillaron a Pajares dentro de un género cinematográfico concreto. Pero él fue capaz de taparle la boca a la mayoría con su notable trabajo en cintas como Moros y cristianos (1987), de Luis García Berlanga, o ¡Ay, Carmela! (1990), dirigida por Carlos Saura y por la que ganó un Goya a mejor actor.

Años después, eso sí, pasaría a semirretirarse y se vería envuelto en varios jaleos relacionados con la prensa del corazón. “La prensa se cebó, más bien se encarnizó, con él. Los que le conocemos bien sabemos cuánto le costó superar aquel período y alcanzar la madurez personal en la que hoy se encuentra”, recuerda Montijano.

Sea como fuere, Andrés Pajares es un artista todoterreno y hoy día sigue estando considerado uno de los mejores actores tragicómicos que ha habido en nuestro país. CINEMANÍA ha charlado con el madrileño para hacer un repaso a algunos de los episodios más curiosos de su vida y carrera.

Leí que a los diez años tuviste un orgasmo telefónico con una amiga de tu madre que confeccionaba fajas. ¿Fuiste igual de precoz para todo lo demás?

Posiblemente.

Para que luego digas que eres un tímido para eso del flirteo… ¡Si hasta Julio Iglesias decía que ligabas más tú que él!

Sería en las películas… Pero me gusta más ir de seducido que de seductor.

Rodaste nueve películas con Fernando Esteso que arrasaron en taquilla pero de cuya recaudación vosotros visteis bien poco. ¿Es cierto que cobrabais una miseria por cada rodaje?

Quinientas mil pesetas, en euros tres mil. Las siguen poniendo después de cuarenta años de su estreno sin pagarnos nada.

¿Te da rabia que algunos sigan refiriéndose a Los bingueros como la obra maestra del cine ‘casposo’?

Era un reflejo de la España de la época... Pero divertido.

¿Para qué dirías que sirve ganar un Goya?

A mí me sirvió como reconocimiento de ser un buen actor.

Presumes de haber sido número uno de los ‘40 Principales’ con una versión recitada de Todo el tiempo del mundo de Manolo Otero. ¿Por qué otras cosas sacas pecho?

Para ducharme.

Sé que te llevaste un rebote cuando, después de ser tanteado para protagonizar Tacones Lejanos nunca volvieron a llamarte de El Deseo para darte un sí o un no. ¿Serviría la oferta de un papelito en la próxima película de Pedro Almodóvar para que limarais asperezas?

No. Prefiero a ‘Los Javis’.

Vas a cumplir ochenta años dentro de poco. ¿Cómo llevas eso de que los tuiteros te ‘maten’ de vez en cuando?

Qué hijos de puta, ¿no?. Para mis años estoy perfectamente, a pesar de cuatro operaciones de columna…

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