Los inspectores de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Generalitat van a salir a la calle con un objetivo claro: las tiendas donde presuntamente se venden naranjas podridas, robadas, heladas o con importantes deficiencias en cuanto a etiquetado y procedencia.

La medida llega tras el puñetazo sobre la mesa que dieron la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) y la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu). El presidente de esta última, Fernando Móner, ha arrancado a la directora general del ramo, Silvia Ordiñaga, el compromiso de “una serie de acciones” que se traducirán en inspecciones sobre estos comercios.

“Sabemos que es complejo poner a un gigante como  son las administraciones a trabajar”, explica el presidente de Avacu, ya que su objetivo último es implicar también a la Conselleria de Agricultura y a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). “No queremos que la campaña se limite a la ciudad de Valencia, sino que abarque a toda la Comunitat”, expresó Móner.

Según reveló a 20 minutos, en los últimos días ha mantenido un par de conversaciones con Ordiñaga quien, además de asegurarle que se van a tomar cartas en el asunto, le pidió los tiques de compra de las naranjas que adquirieron para su análisis.

Fuentes de la Dirección General confirmaron que está previsto “realizar inspecciones, probablemente en mayo” y que serán conjuntas con la Conselleria de Agricultura. En estos momentos, ambos departamentos están concretando los detalles de la iniciativa.

Heladas o sin etiqueta

Frutas cogidas del suelo, heladas, robadas, con pesticidas, manchadas, sin calibre ni etiquetado y con irregularidades en los precios fueron algunos de los ejemplos que expusieron los representantes de consumidores y labradores, que alertaron del riesgo que supone la venta de cítricos en estas condiciones tanto para la salud de los compradores como para el bolsillo de los agricultores, ya que, además, se venden a precios “reventados”.

“Esto denigra la imagen de Valencia y de sus agricultores y va contra la salud de los consumidores. Estamos seguros que ya habrán producido más de un dolor de tripa o diarrea”, dijo hace una semana el presidente de AVA, Cristóbal Aguado.

A la pregunta de si en el origen de estos comercios están ciudadanos de países de Asia, Cristóbal Aguado confirmó que una parte están regentadas por personas “no nacidas precisamente en Valencia”.

Una distribución “sin control”

Otro punto negro es la distribución. El representante de los agricultores valencianos relató en la rueda de prensa en la que se expusieron estos productos que a estos negocios “llegan furgonetas de personas que no parecen comerciantes, vacían los cajones, se llevan el dinero y se van”. El representante  de Avacu, Fernando Móner, pidió que los controles no se limiten a visitas y que se abran expedientes e incluso se sancione si se hallan motivos.