Los forenses descartan que Laura Cerna se autolesionara y no hallan signos de agresión sexual

Los dos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de Laura Cerna, la mujer norteamericana cuyo cadáver decapitado fue hallado en 2010 en el río Guadalquivir, han asegurado este lunes que es "prácticamente imposible" que la víctima se autolesionara y se apuñalara a sí misma, tal y como ha defendido en su versión exculpatoria el acusado por estos hechos, Antonio Gordillo, mientras que han asegurado que no encontraron marca alguna que apuntara a una posible agresión sexual.

Los dos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de Laura Cerna, la mujer norteamericana cuyo cadáver decapitado fue hallado en 2010 en el río Guadalquivir, han asegurado este lunes que es "prácticamente imposible" que la víctima se autolesionara y se apuñalara a sí misma, tal y como ha defendido en su versión exculpatoria el acusado por estos hechos, Antonio Gordillo, mientras que han asegurado que no encontraron marca alguna que apuntara a una posible agresión sexual.

Durante la tercera sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, los dos forenses que hicieron la autopsia han señalado que el cadáver de la víctima presentaba heridas contusas en espalda, ojo, cabeza y antebrazos, así como tres heridas inciso-punzantes, producidas con un arma monocortante, en la región mamaria izquierda, dos de las cuales "tocaron estructuras cardíacas", e incluso una de ellas "le seccionó el corazón".

En cuanto a estas últimas heridas, los forenses han señalado que la primera de ellas, de dos centímetros de longitud, se encontraba ubicada justo debajo del pecho izquierdo, "por lo que es compatible con que recibiera la puñalada estando tumbada en el suelo", y han destacado que otras de estas heridas, de 3,2 centímetros, "le seccionó el corazón" y fue "casi mortal de necesidad". A su juicio, la posibilidad de que Laura se apuñalara a sí misma "es casi nula, prácticamente imposible".

Aunque no han podido precisar si la intención del acusado era acabar con la vida de la mujer, sí han puesto de manifiesto que las acometidas "fueron dirigidas a un órgano vital, porque todo el mundo sabe dónde se encuentra el corazón". Respecto a la cabeza y al brazo que aparecieron separados del resto del cuerpo, los forenses han señalado que "no hay signos que indiquen que la persona estaba viva cuando se produjeron los cortes".

Hematomas en ojo, CABEZA,

Espalda y antebrazos

"Fueron cortes post mortem", han subrayado, para a continuación precisar que Laura "pesaba 34 kilogramos, sin cabeza, brazo y con la importante pérdida de sangre que había sufrido". En relación a las heridas contusas, que dejaron por el cuerpo de Laura Cerna distintos hematomas, se han centrado inicialmente en la que presentaba la espalda de la víctima, la cual "es compatible con que el acusado empujara a la mujer, golpeándose ésta contra el quicio de una puerta".

Así, los forenses han continuado analizando la herida contusa del ojo derecho, donde la víctima presentaba un cardenal y que "es compatible con un puñetazo en la cara", según han dicho. De su lado, las heridas en ambos antebrazos pudieron producirse porque la víctima "interpuso los brazos para defenderse de un golpe".

Han destacado que las heridas contusas "se produjeron antes de estar muerta", pues "existen signos de defensa y de lucha", pero en cambio "no existe ninguna lesión inciso-punzante que se pueda interpretar como de defensa", por lo que han opinado que "lo más probable es que Laura estuviera algo obnubilada, y por ello no antepuso los brazos al arma blanca y no se defendió de las puñaladas".

El acusado,

"irresponsable y egoísta"

En la tercera sesión del juicio, al que han asistido los padres, el hermano y el hijo de la fallecida, han declarado también dos psiquiatras, que han descrito al procesado, para quien el fiscal pide 25 años de cárcel, como una persona "irresponsable, egoísta y con malas relaciones sociales", a lo que se suma que consumía cocaína de manera "esporádica".

La Sala ha acogido, asimismo, la declaración del jefe del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, quien ha dejado claro que el acusado sólo confesó haber descuartizado el cuerpo —no el asesinato— cuando se encontraban realizando un registro en su domicilio del Tiro de Línea —en el cual no hallaron droga— y pudo percibir que la investigación estaba dando resultados positivos.

Hasta ese momento, el acusado "únicamente decía que no sabía absolutamente nada", e incluso cuando fue requerido para que fuera a su piso a cuenta del registro "se hizo el remolón", ha indicado el responsable policial, quien también ha aludido a la declaración de un amigo del acusado, que fue a Comisaría "y dijo que un amigo le había confesado que había matado a una persona, y que le había pedido el coche para deshacerse del cuerpo desmembrado".

No había sangre en el salón ni en los marcos de las puertas

Un segundo agente de la Policía que participó en la inspección ocular de la vivienda de Antonio Gordillo ha relatado que se aplicaron reactivos químicos tanto en el salón, como en la cocina, los marcos de las puertas y, "fundamentalmente", en el cuarto de baño, donde los reactivos aplicados dieron positivo. No obstante, ha señalado que no se hallaron restos de sangre ni en el salón ni en los marcos de las puertas.

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