Un museo italiano ha encontrado una provocativa manera de llamar la atención sobre los recortes económicos que sufre y que comprometen el mantenimiento de sus fondos: destruir sus obras de arte.

El Museo de Arte Contemporáneo Casoria, en Nápoles, ha quemado sus primeros cuadros este martes, según cuenta la BBC, pero hay más obras en peligro. Antonio Manfredi, su director, dice que unas 1.000 obras de arte pueden correr la misma suerte, si la situación financiera no mejora.

La obra elegida para ser reconvertida en una suerte de happening protesta había sido realizada por el francés Severine Bourguignon, que estaba a favor de la iniciativa y que siguió el acontecimiento a través de Internet.

Artistas de toda Europa han mostrado su apoyo al museo y sus reivindicaciones. Incluso el escultor galés John Brown prendió fuego a su Manifesto, el pasado lunes. Brown había expuesto en el pasado en el museo Casasoria y tras la reivindicativa destrucción, "una acto simbólico", según él, dijo "no sentirse especialmente triste".

"Los recortes van más allá de los confines de las artes visuales y afectan al bienestar de millones de personas en todo el mundo".

Italia, como España, atraviesa una dura crisis económica que ha dado lugar a grandes ajustes económicos. Los responsables de los museos ya han denunciado que la falta de dinero no solo amenaza el mantenimiento de las obras, sino su seguridad.

El propio Manfredi ha referido varios intentos de asalto al museo por parte de la mafia, y el robo de las cámaras de seguridad.

Hace algo más de un año este director intrépido y peleón pidó asilo, para él y su museo, a la canciller Angela Merkel, alegando que sus obras estaban desprotegidas ante la mafia y que los políticos no hacían nada por ayudarlo.