Lo que Borràs llamó un «error bastante tonto» es confundir «una excavación de una solera con la excavación en destroce». Esto provocó que se dejaran «totalmente descalzados» 30 metros de túnel que acabaron por ceder. Las paredes quedaron literalmente «colgando», dijo gráficamente, para concluir que «lo normal» era que las paredes acabaran desmoronándose, como así ocurrió el 26 de enero.
Borràs dijo que, tras reforzar las paredes y el techo, lo correcto hubiera sido el vaciado de la caja del túnel para construir después la base que aguantara la estructura.
Adjudicaciones «con cariño»
El ex presidente de GISA, Joan Ignasi Puigdollers –durante el último gobierno de CiU–, negó ayer haber recibido instrucciones para adjudicar preferentemente una obra a una empresa, aunque admitió que en alguna ocasión le sugirieron que mirara alguna oferta «con cariño».
Puigdollers también rechazó que el ex conseller Felip Puig (CiU) desempatara con su voto un concurso público sino que dio su opinión.
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