Es la mezcla de rumba con mi voz rockera y el patrón rítmico del reggaetón.

¿Se le ocurrió a usted solo?

Sí, experimentando en Los Ángeles, donde fui a tomar un curso de canto. Estaba con mi guitarra española y de repente vi que cuadraban las palmas de los tangos y de la rumba con el reggaetón, un ritmo que entonces estaba allí en auge.

Pa’mi guerrera tiene todos los visos de convertirse en canción del verano...

No me lo propuse cuando la escribí, es una más del disco. Incluso creo que tengo temas mejores.

¿Triunfa la sencillez?

Para que veas. A lo mejor cuanto más sencillo lo haces,  más llega. Yo tenía un profesor  que decía: «Música son dos acordes, tres es jazz».

Viniendo del mundo independiente con Sugarless, ¿cómo vive el salto a una multinacional?

Muy tranquilo, porque realmente no sé qué está pasando. Estoy en una burbuja, entrevista, tras entrevista. Lo que a mí me interesa, lo que es mi objetivo, es poder llegar a todos los públicos, poder decir cosas interesantes. Hacer en los conciertos una mezcla de fiesta, pero cargada de mensaje social.

¿Qué opinan sus ex compañeros de este cambio?

Les parece muy bien. Están tocando todos en Huecco. Ellos encantados, porque ven que se mantiene la esencia rockera.

¿Cuáles son los gustos musicales de Huecco?

Me gusta desde el flamenco rancio de Jerez –el Agujetas, el Chocolate…– hasta el tango, la canción francesa, hasta el hardcore de Pantera, que pega más con lo que yo soy.

Con Sugarless no estaba en el top manta ¿y ahora?

Sí, ya estoy en el top manta. Siempre critiqué, tanto con Sugarless como ahora, las mafias, no a los negritos que lo venden.

Bio

El inventor del rumbatón fue miembro del grupo indie Sugarless, le gusta el flamenco  y la fusión de culturas. Ha sido campeón de España de patinaje.