Breivik se cartea con seguidores y admiradores de todo el mundo que dicen que él les inspira

  • El diario VG publica una entrevista con un joven estadounidense de 23 años que sueña con conocerlo porque "es un patriota nacionalista racional".
  • En enero las autoridades retiraron la prohibición de que recibiera correspondencia y desde entonces Breivik no da abasto a responder a sus fans.
  • Breivik y la Fiscalía discuten por la existencia de la red 'Caballeros Templarios'.
Anders Behring Breivik habla con su abogado defensor Geir Lippestad en la corte de Oslo donde se le juzga.
Anders Behring Breivik habla con su abogado defensor Geir Lippestad en la corte de Oslo donde se le juzga.
Lise Asreud / EFE
Anders Behring Breivik habla con su abogado defensor Geir Lippestad en la corte de Oslo donde se le juzga.

El ultraderechista Anders Behring Breivik, al que se juzga en Oslo por los atentados del pasado 22 de julio en Noruega en los que murieron 77 personas, mantiene contacto postal con seguidores y simpatizantes políticos de todo el mundo.

"Se trata de cartas con inequívocas declaraciones de apoyo con los mismos puntos de vista políticos del observado. Son cómplices políticos, usan la misma lengua y terminología que él", señala el psiquiatra Terje Tørrissen en el segundo estudio mental que se la ha hecho a Breivik, según informa este miércoles el diario VG.

En el informe, del que sólo se han publicado las conclusiones pero del que VG reproduce fragmentos, Tørrissen resalta que algunos de los que escriben a Breivik "dicen que él les ha inspirado y que se han vuelto más extremistas a causa de los actos del observado".

Las autoridades del penal de Ila, al oeste de Oslo y donde el fundamentalista cristiano permanece encerrado de forma preventiva desde hace nueve meses, han confirmado que Breivik recibe muchas cartas cada día.

Breivik aseguró a los psiquiatras que mantiene contacto con seguidores de más de veinte países y que el volumen de correo que le llega es tal que no puede ponerse al día.

VG reproduce además una entrevista con fotografía de un joven estadounidense de 23 años llamado Kevin, estudiante en la Universidad Católica Assumption College de Massachusetts y cuyo "sueño" es conocer a Breivik.

"Lo que Breivik hizo en Utøya -la isla donde cometió una matanza de jóvenes laboristas- mostró que es un patriota nacionalista racional que quiere proteger a su gente contra el islam, el multiculturalismo y el marxismo", afirma el joven.

Las autoridades levantaron en enero pasado la prohibición de que el ultraderechista recibiera cartas.

Breivik hizo estallar una furgoneta bomba el pasado 22 de julio en el complejo gubernamental de Oslo y justo después se trasladó a Utøya, donde cometió una masacre en la que resultaron muertas 69 personas, la mayoría menores de 20 años que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas.

El objetivo de los atentados era castigar al Partido Laborista, en el poder en Noruega, por apoyar el "multiculturalismo" y permitir la "invasión" islámica que "amenaza" la supervivencia del pueblo noruego, según ha declarado Breivik en el juicio.

Caballeros Templarios

Ya durante el juicio, la Fiscalía trató este miércoles de cuestionar la existencia de la red de Caballeros Templarios de la que dice ser miembro el ultraderechista Anders Behring Breivik, quién defendió lo contrario, aunque apeló a la confidencialidad para no dar explicaciones y en varias ocasiones se negó a contestar, además de evidenciar signos de irritación y contradecirse, aunque no perdió la calma.

No obstante, acusó a la fiscal Inga Bejer Engh de intentar "deslegitimizar" y "ridiculizar" su relato. El extremista de 33 años dijo que fueron "casualidades" las que le llevaron a contactar a otros "militantes nacionalistas" europeos por Internet, ya que esos círculos estaban muy vigilados en Noruega. También fue fruto de una "casualidad" que un supuesto militante serbio, perseguido por los tribunales internacionales, lo contactase en 2002 para acordar una reunión secreta en Liberia. Breivik viajó efectivamente a Liberia, pero no hay pruebas de reuniones con otros extremistas en ese país, y según han contado amigos suyos a la Policía, en realidad su objetivo era comprar diamantes, aunque su viaje resultó un fracaso.

La historia de los diamantes, como la de ser miembro de UNICEF, eran una tapadera, explicó el extremista, reacio a dar datos. "No es mi trabajo aclarar este caso, es el trabajo de la Policía", afirmó Breivik, quien señaló que no le interesa dar informaciones "que pueden provocar detenciones" de otras personas.

"Lo que es relevante es que soy un militante nacionalista que ha realizado una acción", dijo en una declaración no retransmitida al público por decisión del tribunal.

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