Admite haber matado a su esposa tras negarlo durante 16 años

La acusación particular, la defensa y el ministerio fiscal alcanzan un acuerdo para una condena de nueve años, aunque ya cumplió seis

El ciudadano alemán Jurgen Dietmar Zillmann ha admitido este martes ante el jurado haber matado a su esposa, Carmen Alén Gómez, cuyo cadáver fue encontrado con una piedra atada al cuello en las aguas del río Miño en septiembre de 1996.

Por este crimen, Jurgen Dietmar Zillman fue condenado de manera fallida, lo que propició su fuga. Después de haber sido capturado hace un año en Bolivia, este martes se repitió el juicio en la Audiencia Provincial de Pontevedra y ante el jurado admitió haber matado a su mujer.

La asfixió introduciéndole una bolsa de plástico en la garganta en el domicilio que ambos compartían en Tui (Pontevedra), en la víspera del juicio que se iba a celebrar contra él por malos tratos. Por aquel entonces, Carmen Alén Gómez también presentó en el juzgado los papeles para la separación, reclamando 70.000 pesetas y la casa.

Días antes de matar a su mujer, el hombre desatornilló una placa de uralita del tejado de la vivienda y alquiló un coche con el único propósito de sacar el cuerpo de la casa y llevarlo hasta el río Miño.

Además, en el garaje de su residencia se encontraron rollos de cuerda y un molde de cemento para fabricar un objeto igual al que él utilizó para deshacerse del cuerpo de su esposa.

Primer veredicto

Hasta ahora siempre sostuvo su inocencia, señalando a su hijo como principal sospechoso. En el juicio celebrado hace una década en Pontevedra, un jurado popular lo declaró culpable y fue condenado a 12 años de prisión, por homicidio.

Sus hijos, que lo acusaban de asesinato y pedían 20 años de prisión, recurrieron el veredicto alegando que al jurado no se le preguntó por la alevosía, y el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ordenó repetir la vista.

Pero en la espera de esa resolución del tribunal, dos jueces de Pontevedra, Luciano Varela y Manuel Almenar no se pusieron de acuerdo, y mientras que uno decidió prorrogar la estancia del acusado en la cárcel, otro resolvió que había que ponerlo en libertad porque ya había transcurrido el tiempo de prisión preventiva.

La consecuencia de esa discrepancia fue que el alemán, en cuanto se vio en la calle se fugó, y así estuvo 10 años hasta que en mayo de 2011 fue localizado por la Interpol y detenido en Bolivia.

Juicio "sencillo"

Este martes se repitió el juicio con un nuevo jurado popular y distinto punto de partida. Fue un juicio "sencillo", según explicó la fiscal. Asistido por un traductor de alemán, el acusado, Jurgen Dietmar, reconoció los hechos y asumió su autoría.

Por otra parte, ya ha pagado la responsabilidad civil, no con dinero, sino que cedió los derechos que tenía sobre la vivienda familiar. "Las ha donado en pago de la responsabilidad civil", detalló el abogado de la defensa.

Durante su última estancia en prisión tras ser extraditado desde Bolivia, un notario acudió al penal para dar fe, entre rejas, de esta determinación mediante una escritura pública. Sus hijos han aceptado.

Nueve años de cárcel

Ante esta circunstancia atenuante de reparación del daño causado, el ministerio público rebajó su petición de responsabilidad penal. Por eso la acusación particular, la defensa y el ministerio fiscal han alcanzado un acuerdo para una condena de nueve años de prisión —seis ya los cumplió—.

"Sus hijos no lo quieren ni ver. Que rehaga su vida, si Dios se lo permite, lejos de este lugar", declaró el abogado de la acusación particular. Jurgen Dietmar tiene 75 años. Su esposa tenía 58 cuando la mató.

Fotografías de la autopsia

A pesar de lo "sencillo" del juicio, este martes se conformó el jurado popular, se tomó declaración al acusado y se escuchó por videoconferencia el testimonio de los tres peritos forenses portugueses, pertenecientes al Instituto de Medicina Legal de Oporto.

Fue un momento especialmente difícil para las seis mujeres y tres hombres que componían el jurado ya que, junto a su relato, la fiscal pidió que se mostrasen las fotografías de la autopsia practicada para dejar "perfectamente acreditado" que la causa de la muerte de Carmen Alen fue la introducción de una bolsa de plástico en la garganta "que le obstruyó totalmente las vías aéreas superiores".

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