La universidad española necesita especializarse y ser competitiva

  • Según el estudio 'Universidad, universitarios y productividad en España'.
  • España tiene una tasa de entrada de alumnos en la universidad del 46,1%.
Jóvenes en un examen en la universidad.
Jóvenes en un examen en la universidad.
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Jóvenes en un examen en la universidad.

La especialización y la competitividad son los dos aspectos más importantes, junto con la excelencia internacional para impulsar la universidad española, según la recomendación del estudio Universidad, universitarios y productividad en España, que se ha presentado este martes.

La investigación dirigida por Francisco Pérez, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación BBVA, muestra las luces y sombras de la universidad española y ofrece una valoración en su conjunto del sistema universitario español

Propone un decálogo de actuaciones que incluyen redefinir los procesos de financiación para que aporten incentivos al funcionamiento eficiente y orientado a objetivos, así como incentivos al empleo estable de los jóvenes universitarios mediante la colaboración pública-privada y a la investigación aplicada y la transferencia de tecnología.

Además, en ese decálogo se incluye también la especialización del profesorado, la evaluación de procesos y resultados, sistemas de información con garantías de calidad y transparencia y formación continua con mayor colaboración universidad empresa. El director del Ivie ha dicho que no sobran alumnos ni titulados universitarios, y que España tiene una tasa de entrada de alumnos en la universidad del 46,1%, mientras en muchos países llegan al 60%, según datos de la OCDE de 2009, y que el mayor peso de universitarios en el total de alumnos se debe a que los estudios son más largos.

El estudio revela desajustes entre la oferta y la demanda en algunas titulaciones, mientras en medicina hay exceso de demanda en otras titulaciones es muy escasa, con repercusiones en el coste y funcionamiento de las universidades, ha explicado Pérez. El tamaño medio de los primeros cursos de grado, en las universidades públicas y privadas durante el curso 2009-10, fue de 94 alumnos, en un 20% de los estudios ofertados en número de estudiantes era inferior a 40, el 31% en ciencias experimentales, seguido de enseñanzas técnicas, el 40% y humanidades, el 50%.

Bajo rendimiento académico

La educación superior se encarece con la permanencia de ofertas de estudio con escasa demanda, el bajo rendimiento académico de parte del los alumnos y el pago del tiempo de investigación a todos los profesores, cuando menos de la mitad obtienen resultados acreditados, ha añadido. El análisis revela que los estudios universitarios mejoran la tasa de actividad de los universitarios, así como los salarios, aunque al principio de la actividad laboral estos son similares al de los trabajadores sin cualificación y a la estabilidad en el empleo, pero no evita el paro.

Un diplomado aumenta la probabilidad de tener trabajo en 21,8 puntos porcentuales, también un mayor nivel educativo permite acceder con más facilidad a un contrato indefinido y la probabilidad de ser directivo. El mercado laboral si tiene en cuenta el tipo de estudios cursados, es más fácil para un graduado en el área de ciencias que para otro de humanidades, un 6,8%, y si son ciencias de la salud hasta un 17,5, señala la investigación, que considera que debería llegar a los alumnos y sus familias esta información sobre la inserción laboral en el momento de elegir sus estudios.

El informe revela también que el desajuste entre el nivel educativo y el perfil de los empleos genera sobrecualificación y afecta negativamente a la productividad de los trabajadores con estudios superiores y sugiere una reestructuración de la oferta de estudios que reduzca los de mayores problemas de inserción. También constata que una de las mayores debilidades de la universidad se refiere a las actividades de investigación aplicada y transferencia tecnológica, representan un 75% de la producción científica española, pero sólo representan el 13,1% de las patentes.

En España hay 79 universidades de las cuales 50 son públicas, la mitad concentradas en las cuatro comunidades más pobladas, Madrid (15), Cataluña (12), Andalucía (10) y Comunidad Valenciana (8), que ofrecen formación en 236 campus a 1.650.000 alumnos, el 90% cursa estudios de grado o titulaciones a extinguir con un coste medio que varia entre 750 y 1.000 euros.

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