El sector cerámico logró invertir la tendencia decreciente en 2010 y cerró el ejercicio con beneficios, tras estabilizar su cifra de ventas global gracias al repunte en los mercados exteriores —a los que dedica ya el 70 por ciento de la producción— y ahondar en el ajuste de los gastos de personal para adaptar sus estructuras a la "situación real" de las empresas.

Así se desprende del decimoquinto informe de KPMG presentado este miércoles acerca de la situación del sector del azulejo en España a partir del análisis de las cuentas anuales depositadas de las 21 mayores empresas del sector, que representan una cuota del 50,5 por ciento frente al 47,4 por ciento del ejercicio anterior. En esos 15 años, diez compañías se han mantenido entre esas 21 firmas líderes, mientras que tres han desaparecido y el resto ha cambiado.

En 2010, esas empresas alcanzaron una cifra de negocios de 1.285 millones de euros, lo que supone un incremento de ventas del 4,6 por ciento, y registraron una facturación media de 61 millones de euros.

Por su parte, los gastos de personal disminuyeron un 2,8 por ciento en ese período respecto al ejercicio anterior, mientras que el número de empleados cayó un 1,9 por ciento y el gasto medio de personal por empleado se redujo un 0,9 por ciento. Por consiguiente, los ingresos por empleado han aumentado en torno a un 10 por ciento.

El resultado de explotación de esas compañías mejoró hasta situarse en niveles similares a 2008, en concreto alcanzó los 83,5 millones de euros. Así, en 2010 volvieron a beneficios y obtuvieron un resultado neto de 16 millones —con un porcentaje sobre ventas del 1,3 por ciento— tras haber cerrado 2009 con unas pérdidas de 29,4 millones. En concreto, de las 21 empresas analizadas, siete cerraron 2010 con pérdidas frente a las once del año anterior.

Pese a ese incremento de la actividad, el fondo de maniobra empeoró un 22,9 por ciento por las tensiones de liquidez derivadas de las dificultades de financiación actuales. En ese contexto, el ratio de endeudamiento ascendió hasta alcanzar los 876 millones de euros, mientras que se produjo una mejora significativa en flujo de caja y rentabilidad económica, con una relación del 3,4 por ciento entre el resultado de explotación y el activo total de estas compañías.

Según ha señalado en rueda de prensa Juan Latorre, socio responsable de las oficinas de KPMG en Valencia y Alicante, el avance de datos provisionales para 2011 prevé que la facturación total del sector se sitúe en torno a 2.570 millones de euros, con unas ventas internas de 700 millones, un 12 por ciento menos que en 2010.

En ese escenario de estancamiento del mercado nacional, el exterior supone la principal oportunidad de negocio y, de hecho, se espera que la exportación crezca en torno a un 8 por ciento y permita mantenerse en cifras globales similares a las de 2010, con subidas en Oriente Próximo y en países del Este. También prevé que conlleve un aumento de la rentabilidad del sector al concluir su "reconversión".

"apoyo" estatal a sectores "con futuro"

Latorre ha destacado que "es un sector con futuro", que apuesta por la concentración —desde acuerdos puntuales hasta fusiones—, que "sigue invirtiendo en I+D pese a las dificultades" y que "nunca abandonó" la internacionalización, pese a haber tenido que acompasar la caída acumulada de ventas con los consiguientes recortes de personal. No obstante, ha reivindicado que "necesita ayudas y que el dinero fluya hacia él" y que, por parte del Gobierno central, "debería haber apoyo precisamente a los sectores con futuro".

A preguntas de los periodistas, ha indicado que la reforma laboral ha llegado "en el último momento" de ese "esfuerzo doloroso" realizado por el sector para adaptar plantillas a la nueva realidad, pero ayudará a completar ese proceso y permitirá que el crecimiento "repercuta automáticamente en mayor creación de empleo", así como "contratar para tres meses" en función de los picos de producción.

En su opinión, en 2012 se podría hablar ya de creación de empleo si repuntan las ventas y las exportaciones mantienen su evolución positiva, puesto que desde KPMG consideran que el mercado nacional "no repuntará en los próximos años", en palabras de Bernardo Vargas, director del estudio y socio de Auditoría de la oficina de Valencia.

Para Vargas, los gastos financieros tampoco mejorarán para las empresas españolas, que deberán asumirán un "precio más alto" por la financiación, lo que supone una clara desventaja respecto a sus competidores italianos, que presentan una evolución similar pero "son capaces de vender mucho mejor", con una diferencia de once a siete euros el metro de azulejo exportado. En 2010, el precio medio subió un 1,8 por ciento en Italia y cayó un 1 por ciento en España.

"no afectadas directamente" por impagos públicos

A preguntas de los medios, ambos han asegurado que las empresas azulejeras "no se ven afectadas directamente" por impagos de las administraciones públicas valencianas.