Asenjo invita a los padres a inscribir a sus hijos en la clase de religión para el próximo curso

Lamenta que haya quienes opinen "que la escuela no es el lugar propio de la formación religiosa", sino que es tarea de las familias o de la catequesis parroquiales

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, invita a los padres de la Archidiócesis sevillana a inscribir a sus hijos en la clase de religión para el próximo curso escolar, pues "una buena formación religiosa y moral es la mejor herencia que pueden dejarles".

Además, el prelado hispalense, a través de la Carta Pastoral semanal, titulada 'Inscribid a vuestros hijos en la clase de religión' y recogida por Europa Press, extiende la invitación a los jóvenes que cursan bachillerato y que están en situación de optar por sí mismos. Por último, indica que "invita a los profesores a tomarse muy en serio la responsabilidad que les encomienda la Iglesia".

De esta manera, el máximo responsable de la Iglesia en Sevilla recuerda a los padres que matriculen a sus hijos en las clases de religión cuando vayan a reservar plaza en los colegios públicos o privados para sus hijos de cara al próximo curso escolar, periodo que ya está abierto. En esta línea, aclara que en el caso de la escuela pública los padres serán preguntados si desean que sus hijos asistan a la clase de religión y moral católicas, "un derecho fundamental que garantiza la Constitución Española y los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado Español".

Asenjo ha avisado que "no se trata, pues, de un privilegio que se concede a los católicos, ni de una concesión graciosa del Estado". Igualmente, subraya que la Constitución recoge que "los padres tienen el derecho inalienable de elegir el tipo de educación que desean para sus hijos, sobre todo en el plano moral y religioso, derecho que los poderes públicos no pueden ni limitar ni suprimir sin incurrir en una arbitrariedad injustificable en un Estado democrático", un hecho que de producirse, "sería un atropello", opina.

Del mismo modo, el prelado hispalense destaca que "los padres y los alumnos tienen derecho a que la enseñanza religiosa escolar se imparta en condiciones análogas a las de las demás áreas, sin introducir limitaciones o trabas que discriminan la impartición de esta enseñanza, que en ocasiones dan la impresión de querer asfixiarla, presentándola como si fuera una materia marginal y un peso añadido a la carga curricular". 3

De cada 4

Alumnos optan por la formación religiosa

En este contexto, celebra que, a pesar de todo, los recientes datos de la Conferencia Episcopal Española reflejan que "tres de cada cuatro alumnos de la enseñanza pública, optan por la clase de religión porque, gracias a Dios, siguen siendo muchos los padres que entienden la formación religiosa y moral forma parte de la educación integral de sus hijos".

Sin embargo, monseñor Asenjo ha lamentado que haya quienes "opinen que la escuela no es el lugar propio de la formación religiosa, que pertenece más bien al ámbito familiar o a la catequesis que ha de impartirse en la parroquia", una postura, que ha relacionado, con aquellos que "desearían que la religión fuera desalojada de la escuela pública".

"La familia y la parroquia tiene ciertamente un puesto insustituible en la educación cristiana de nuestros niños y jóvenes, como lo debe tener también la escuela si quiere educar integralmente a las nuevas generaciones", ha afirmado.

En esta línea, ha añadido que, incluso, en ambientes eclesiales, se aduce como razón fundamental para ello que sin "un conocimiento riguroso del cristianismo y del Evangelio es imposible comprender nuestra historia, nuestra cultura, las manifestaciones artísticas, la pintura, la escultura, la literatura o la música, nacidas al calor de la fe". Si bien, a juicio del arzobispo de Sevilla, es "una razón válida, pero no la única, ni la más importante".

La formación religiosa escolar, según manifiesta, "proporciona a los alumnos el conocimiento de la verdad revelada sobre Dios, responde a las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida, nuestro origen y el destino eterno y trascendente del hombre, ofreciendo razones sólidas para vivir, luchar y sufrir".

Además, ha añadido que la formación religiosa ofrece al alumno "principios y criterios morales seguros de comportamiento para con Dios y para con el prójimo, tanto en el plano personal como social, en aspectos tan decisivos como la convivencia, el respeto por todos, la justicia, la entrega a los demás, el sacrificio, la fraternidad y el servicio, de forma que bien podemos decir que la educación religiosa escolar encierra un evidente valor social, pues ayuda formar buenos ciudadanos, aspecto éste que nuestras autoridades deberían valorar como se merece".

"urge" una educación religiosa

De otro lado, Asenjo comenta en la Carta Pastoral que en el momento actual, "cuando nuestra sociedad mira con preocupación la pérdida de valores morales y sociales de una parte de nuestra juventud, en la que con demasiada frecuencia surgen brotes de violencia, cuando no de delincuencia que están en la mente de todos, es más urgente que nunca ofrecer a nuestros niños y jóvenes una sólida educación en los valores religiosos y morales".

Para Asenjo, todo lo anterior "es lo que puede ofrecer la enseñanza religiosa en la escuela, dentro del horario escolar y con la metodología propia de la enseñanza académica".

Sin embargo, el prelado hispalense considera que "lo más importante" que la asignatura de religión puede brindar a los alumnos es "el encuentro con Cristo, camino, verdad y vida de los hombres y única esperanza para el mundo, el único que puede dar respuesta a las ansias infinitas de felicidad que bullen en los corazones de nuestros adolescentes y jóvenes, pues Cristo es el centro de la humanidad, el gozo del corazón del hombre y la plenitud total de sus aspiraciones", como dijera en frase "certera" el Concilio Vaticano II, concluye Asenjo.

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