La actriz María Valverde interpreta a Ángela, una estudiante de Periodismo, en Madrid, 1987, la última película de David Trueba que llega este viernes a los cines. Hace de chica tímida y contenida, pero esconde más de una sorpresa... La intérprete explica que al leer el guión aceptó "en el acto", pero que luego le entró miedo. 

¿A quién le gustará la película?

A cualquiera que tenga inquietudes sobre la vida... La película nos presenta a dos personaje que dan su visión del mundo en el que están viviendo, la España de 1987, y nos muestran una lucha generacional que, a mi parecer, le debe interesar a cualquiera. A mí, como joven, me interesa, sobre todo porque nosotros, los jóvenes, tenemos también mucho que decir.

Es una película arriesgada, ¿por qué aceptó participar en ella?

Cuando David Trueba me envió el guión me fascinó. Era muy fácil de leer, me entusiasmó, me hizo sentir que quería verlo en la pantalla grande, así que enseguida le dije que sí. Eso sí, antes de empezar a rodar me entró un miedo que nunca había vivido, pero no dejé que me pudiera. Soy así, bastante radical con todo lo que hago, voy a por todas con lo que me gusta, y no podía dejar pasar esta oportunidad.

¿ Aqué se debía ese miedo?

Es una película muy especial, con un equipo muy pequeño, rodada en solo tres semanas... Un experimento. Mi personaje, además, no solo debe desnudarse físicamente, sino también en lo psíquico: todo está muy a flor de piel, y dejarte llevar como actriz por esa verdad no es nada fácil. Creo que David ha hecho un trabajo muy valiente, muy personal, sin contar con ningún tipo de subvención. Hay que darle mucho mérito.

¿Cómo vivió pasar, entonces, tres semanas encerrada en un cuarto de baño con Jose Sacristán?

Fue muy divertido... Había muy buen rollo con todo el equipo, éramos como una gran familia, y era hacer la película que todos queríamos estar haciendo.

Acostumbrados a verla en papeles más juveniles, este parece un trabajo más adulto, más maduro.

No sé... Yo me involucro igual con todos mis personajes. Como actor, has de hacer todo tipo de proyectos, manejarte con presupuestos muy distintos, pero siempre pensar que estás contando una historia, una historia bonita, por lo que al final lo único que debe convencerte es un buen guión.

Hablaba de lo mucho que tienen que decir los jóvenes.

Sí, es bastante necesario. Los jóvenes estamos despertando ahora: nuestros padres han luchado mucho, y nosotros no lo estábamos haciendo hasta ahora, pero tenemos nuestro propia voz y debemos aprovecharla, utilizar todo lo que está en nuestra mano.

¿Cómo lo hace usted?

Intento, sobre todo, manifestarme a favor de la cultura. No quiero que se pierda la cultura en este país, porque la cultura es sinónimo de vida.