Tres años y medio de prisión para un hombre por amenazas y maltrato psíquico a los hijos de su pareja

El Juzgado de lo Penal número dos de Avilés ha corroborado las acusaciones planteadas por la Fiscalía del Principado de Asturias y ha condenado a un hombre a una pena de tres años y medio de prisión y prohibición de tenencia y porte de armas durante siete años por amenazar y ejercer violencia psíquica de forma habitual sobre los hijos de la que en ese momento era su pareja sentimental, con los que convivía y que por entonces tenían 6 y 14 años de edad.

El Juzgado de lo Penal número dos de Avilés ha corroborado las acusaciones planteadas por la Fiscalía del Principado de Asturias y ha condenado a un hombre a una pena de tres años y medio de prisión y prohibición de tenencia y porte de armas durante siete años por amenazar y ejercer violencia psíquica de forma habitual sobre los hijos de la que en ese momento era su pareja sentimental, con los que convivía y que por entonces tenían 6 y 14 años de edad.

La sentencia le impone igualmente la prohibición de acercarse a las víctimas, a su domicilio o a cualquier lugar donde se encuentren a una distancia inferior a 300 metros durante nueve años. La sentencia no es firme y la vista oral se celebró el pasado 14 de marzo de 2012.

El Juzgado, siguiendo la acusación formulada por el Ministerio Público, considera probado que el acusado, extranjero, inició una relación sentimental en el año 2008 con la madre de los menores y se mudó a su domicilio, ubicado en una localidad del partido judicial de Avilés y donde también residían los niños. La convivencia se prolongó durante aproximadamente cinco meses.

Durante ese periodo de tiempo, el acusado, en múltiples ocasiones, se dirigió a los menores con expresiones tales como "os voy a matar", les insultaba llamándolos "locos" y les gritaba constantemente. También, de forma intimidatoria, se quitaba el cinturón del pantalón y lo ponía encima de la mesa, y les exhibía una pistola que siempre llevaba encima. En una ocasión, cogió un destornillador y se lo puso a uno de los menores en el cuello y le dijo que le iba a matar.

Como consecuencia de estos hechos, uno de los menores padece un trastorno de adaptación (mixto ansiedad-depresión) y el otro, un trastorno del comportamiento social en la infancia. Todo ello motivó la intervención de un equipo de Servicios Sociales a finales del año 2008. En 2010, y tras un acuerdo con la madre de los niños, se acordó el acogimiento familiar permanente en funciones tutelares de los menores por parte de unos familiares. El 17 de noviembre de ese año 2010 el Juzgado de Instrucción número tres de Avilés impuso sobre el acusado una orden de alejamiento y comunicación con los menores.

La sentencia mantiene la medida de alejamiento impuesta por el Juzgado de Instrucción número tres de Avilés hasta que el fallo sea firme y pueda ser ejecutado. La condena se basa en las pruebas practicadas, principalmente el testimonio ofrecido en la vista oral por los dos menores, que relataron los hechos "de forma pormenorizada, clara y concisa".

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