El colectivo Escuela sin Wi-Fi ha acusado al Estado de "mercantilizar" los centros educativos implantando la conexión inalámbrica a Internet a costa de la salud de alumnos y profesores y en contra de las recomendaciones de la Unión Europea.

Lo ha asegurado Irune Ruiz, una de las representantes de esta plataforma, que agrupa a los numeroso colectivos que surgieron en 2009 —cuando comenzaron a implantarse los sistemas inalámbricos en las escuelas— para conseguir que se retiren las instalaciones de Wi-Fi de los centros y que los alumnos sigan teniendo acceso a la red, pero a través del cable, más seguro y saludable.

Con la llegada de la Escuela 2.0, muchos centros españoles instalaron redes informáticas inalámbricas que emiten radiaciones nocivas para la salud, aumentan el riesgo de desarrollar cánceres y son genotóxicas (podrían afectar incluso a cinco generaciones), ha explicado Ruiz este miércoles en Oviedo, en declaraciones a los periodistas.

Así lo demuestran más de 2.000 estudios científicos y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del Parlamento Europeo y de la Agencia Europea del Medio Ambiente.

Los países más adelantados, como Alemania, Francia o Austria, sí han hecho caso a estas pautas. Sin embargo, España "va a contracorriente" y apuesta por una tecnología que tuvo su origen en el intento de integrar en el sistema digital a países poco desarrollados y que, sin embargo, el Gobierno "trae como si fuera tecnología punta" aunque realmente, ha añadido Irune Ruiz, "es una moto vieja".

La representante de la plataforma ha sostenido, además, que la implantación de este sistema en la escuela traslada a la sociedad una sensación de "inocuidad" que hace que la conexión inalámbrica se amplíe a otros ámbitos en detrimento del cable. Se trata de "un caballo de Troya" para generalizar el uso de estos sistemas, contrarios a las recomendaciones médicas.

"La postura del gobierno es inadmisible y el colectivo Escuela sin Wi-Fi está decidido a frenar esta barbarie", ha concluido Ruiz.