Características de los préstamos rápidos y las tarjetas como opción para obtener crédito

  • La restricción de crédito de los bancos es evidente, los créditos al consumo han caído un 5,2%.
  • Reducir el endeudamiento es lo más recomendable, pero hay familias que se ven obligadas a recurrir a otras fuentes de crédito.
  • El coste de comprar a crédito con una tarjeta oscila entre el 12% y el 25%.
Tarjetas de crédito.
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Tarjetas de crédito.

El Banco de España acaba de publicar las estadísticas de deuda de las familias correspondientes al mes de febrero. Los datos no dejan lugar a dudas a la restricción de crédito que estamos sufriendo: una caída de un 0,5% en comparación con enero (2,7% interanual) cerrando en el nivel más bajo desde septiembre de 2007.

Pero más brusco es aún en los créditos al consumo, que han descendido un 5,2%, con el mismo endeudamiento de octubre de 2006, muchos meses antes de que estallara la crisis.

Reducir el endeudamiento desde luego no es malo, pero en este caso se combina tanto el aspecto voluntario de muchas familias que ni pueden ni quieren endeudarse con otro forzado que es la negativa de los bancos.

Frente a este parón, siguen quedando dos opciones, las tarjetas de crédito y los préstamos rápidos. En teoría estamos hablando de dos productos equiparables, de hecho así lo determina la última Ley de Créditos al Consumo. Pero ambos tienen diferencias importantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir una u otra opción.

Y es fundamental tener en cuenta que ambas soluciones son generalmente más caras que un préstamo normal.

Tarjetas de crédito, más flexibilidad en el pago

Entre el enorme abanico de tarjetas que existe en el mercado hay grandes diferencias que van desde más del 25% hasta menos del 12%.

Por ello es siempre conveniente que tengamos en nuestro bolsillo aquella tarjeta que nos cueste menos, tanto financiando, como por el coste anual por renovación que en muchos casos puede ser gratuito.

Si este es el caso tenemos un crédito en nuestro bolsillo sin coste hasta que lo utilizamos, pero debemos elegir el momento para ello, teniendo en cuenta igualmente que la cantidad disponible suele estar limitada con una media que no suele superar los 1.200 o 1.500 euros en una tarjeta de modalidad clásica. Por ello su uso es recomendable cuando:

  • Se financien pequeños importes.
  • Los plazos sean cortos de 6 a 12 meses.
  • Se pueda amortizar sus gastos o pagar las cuotas anticipadamente si es posible.

Esta flexibilidad, o renovar esta disponibilidad una vez pagada la deuda es la que hace que la financiación sea más cara.

Préstamos, mejor para mayores importes y plazos

Si el importe que necesitamos es mayor, y por tanto su plazo de amortización, la opción sería un préstamo rápido. Pero también hay diferencias.

Los importes se mueven entre 6.000 y 10.000 euros, generalmente, y los tipos de interés y comisiones fluctúan mucho, desde un 9% a más de un 20% según entidad y tipo de crédito.

En el tema de la concesión, como su propio nombre indica, no suele demorarse, aunque no es inmediata como la tarjeta y desde luego está sujeta a una aprobación previa.

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