Fernández Díaz, Dívar y Barcina asisten al Sermón de las Siete Palabras en la Catedral de Valladolid

Cientos de vallisoletanos llenan el templo, escenario por segunda vez consecutiva del acto debido a la lluvia y la nieve
Las Autoridades Asisten Al Sermón De Las Siete Palabras
Las Autoridades Asisten Al Sermón De Las Siete Palabras
EUROPA PRESS
Las Autoridades Asisten Al Sermón De Las Siete Palabras

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, y la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, junto a cientos de vallisoletanos, han asistido este viernes al tradicional Sermón de las Siete Palabras, que ha tenido que celebrarse en el interior de la Seo debido a la lluvia e incluso nieve caída durante toda la mañana.

El acto, que ha comenzado con algo de retraso, también ha contado con la presencia del secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos; el subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo; el presidente de la Diputación provincial, Jesús Julio Carnero; varios concejales del Ayuntamiento de Valladolid y su alcalde, Francisco Javier León de la Riva, así como varios embajadores de diferentes países.

En el interior del templo, los hermanos de la Cofradía de las Siete Palabras han portado a hombros la imagen del Cristo de las Mercedes, una talla del siglo XVI atribuida a Pompeyo Leoni, hasta ubicarla junto al altar, donde el arzobispo de Valladolid, Ricardo Bláquez, ha dado la bienvenida, entre otros, al ministro Fernández Díaz, quien, en el día de su cumpleaños, ha admitido sentirse "muy emocionado".

Tras el sermón, presenciado por cientos de vallisoletanos —entre ellos multitud de cofrades y 'manolas', y en el que el canónigo de la Catedral, José Andrés Cabrerizo, ha empleado más de una hora, el arzobispo de la ciudad ha dado la bendición a los presentes, después de referirse a las siete palabras pronunciadas por Cristo en la cruz como "dones preciosos".

"He estado un poco nervioso, pero bien", reconocía Cabrerizo al término de su intervención, a la que se ha referido como "un sermón sin fecha de caducidad destinado a todas las edades", antes de agradecer a los vallisoletanos su calor.

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