El conductor de bus agredido el sábado: "Los golpes se curan,psicológicamente estoy mal"

Las Claves.
  • La discusión empezó porque uno de los chavales no quería pagar el billete.
  • Darío Fernández, que está de baja, tiene miedo.
El chófer de la línea 691 que resultó agredido, ayer en Moncloa(Jorge París).
El chófer de la línea 691 que resultó agredido, ayer en Moncloa(Jorge París).
Jorge París
El chófer de la línea 691 que resultó agredido, ayer en Moncloa(Jorge París).

"Puto busero de mierda, te vas a quedar aquí reventado, te vamos a joder la vida". Tras esta amenaza, Darío Fernández, conductor del bus nocturno 691, que une Madrid y Navacerrada, no tuvo tiempo ni de empezar a marcar el número de la Guardia Civil. Cuatro viajeros veinteañeros comenzaron a darle patadas y puñetazos.

La paliza, recibida el pasado sábado, la motivó la discusión que Darío tuvo con uno de ellos por negarse a pagar los 3,25 euros del billete.

Aunque esto ocurrió en Moncloa a medianoche, esperaron a la última parada, Navacerrada, para atacarlo.

Tras varios minutos de agresión, se bajaron y lanzaron el pie de una sombrilla contra el autocar. "Entonces cerré las puertas, pero me olvidé de trincarlas porque estaba nervioso y malherido", dice Darío.

Amenazas de muerte

Mientras pedía ayuda por teléfono, llegaron hasta 15 ó 20 amigos de sus agresores y rodearon el bus. Un par de ellos logró entrar y lo golpearon de nuevo.

Era la una de la madrugada y en las terrazas había más de cien personas, pero sólo dos hombres vinieron en mi ayuda

"Era la una de la madrugada y en las terrazas había más de cien personas, pero sólo dos hombres vinieron en mi ayuda", recuerda la víctima.

Ya en presencia de la Guardia Civil, el padre de uno de los atacantes amenazó de muerte al conductor.

Sólo los golpes se curan

Darío tiene miedo. Está de baja médica y no piensa volver a la línea nocturna 691. Su mujer tampoco le dejaría. Sufre una fuerte contusión en la cabeza, moratones en brazos y piernas, una contractura muscular en la espalda y mala visión en el ojo derecho. "Los golpes se curan, pero psicológicamente estoy mal", confiesa este trabajador de la empresa Larrea.

El cuarto ataque en medio año

La agresión a Darío Fernández es el cuarto incidente de estas características que se produce desde el pasado mes de enero, denunció ayer UGT. La central sindical ha iniciado una ronda de reuniones con los trabajadores de las empresas que no parten del intercambiador de Moncloa (Larrea, Auto Periferia, Llorente) para pedir que tengan la base en ese lugar, que cuenta con un servicio permanente de vigilancia. También demandan medidas que protejan a los conductores de los viajeros ebrios y violentos que usan este servicio los fines de semana.

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