Un arma cargada de ingenio contra la represión siria

  • Un grupo de artistas sirios encuentran en sus obras la mejor arma para apoyar la revolución en su país.
  • Su obra es toda una declaración de principios y ahora puede disfrutarse en El Cairo.
  • Algunos de los artistas que exponen llevan décadas en el exilio.
Imagen facilitada por el arista sirio Yusef Abdelke de una de sus obras, que representa a un hombre inerte en el suelo sobre un charco de sangre y que forma parte de una exposición que puede verse en El Cairo con la creatividad frente a la violencia como premisa.
Imagen facilitada por el arista sirio Yusef Abdelke de una de sus obras, que representa a un hombre inerte en el suelo sobre un charco de sangre y que forma parte de una exposición que puede verse en El Cairo con la creatividad frente a la violencia como premisa.
EFE
Imagen facilitada por el arista sirio Yusef Abdelke de una de sus obras, que representa a un hombre inerte en el suelo sobre un charco de sangre y que forma parte de una exposición que puede verse en El Cairo con la creatividad frente a la violencia como premisa.

Creatividad frente a la violencia es la premisa de un grupo de artistas sirios, que encuentran en sus obras la mejor arma para lidiar con el conflicto que atraviesa su país y expresar el apoyo a la revolución, una declaración de principios que ahora se expone en El Cairo.

Si el régimen de Bachar al Asad ha tratado de acallar las voces disidentes a través de la represión, esta estrategia artística ha provocado el efecto inverso de una parte de la población, en la que ha despertado un gran compromiso político.

"Los artistas sirios, como el resto del pueblo, están rompiendo el muro del miedo", aseguró en una entrevista esta semana en la capital egipcia el diseñador gráfico Munir al Shaarani, que estuvo 25 años en el exilio.

Enlazando un cigarro con otro, Al Shaarani desglosó que desde el inicio de la revuelta se ha percibido un "importante cambio" en la actitud de los artistas y cada vez son más los involucrados en el devenir político.

Las obras expuestas en la galería cairota Mashrabia dan testimonio del compromiso de una docena de artistas de distintas generaciones, que desarrollan su trabajo en Siria pese a las dificultades y se han impregnado del "espíritu de la revolución" para retratar a su modo los horrores del conflicto.

Un hombre en el suelo rodeado de un charco de sangre (la dramática obra de Yusef Abdelke) y la caligrafía geométrica de Al Shaarani, con sus directos mensajes a favor de la democracia y en contra de los asesinatos y la opresión, son vivos ejemplos del rechazo de este grupo a la violencia del régimen de Damasco.

El compromiso político de algunos venía de lejos, como Al Shaarani y Abdelke, que sufrieron el exilio y el segundo incluso la cárcel, mientras que generaciones más jóvenes también se han implicado con el inicio de la revuelta ante la magnitud de la represión.

Pese a la detención y tortura de varios artistas, como el caricaturista Ali Farzat, Al Shaarani considera que es necesario "luchar por el cambio desde dentro de Siria" y aboga por un activismo pacífico.

"El régimen no cree que el arte pueda derribarlo pero busca asustar a los artistas", subrayó el diseñador gráfico, que apuntó que la mayoría de los ataques contra este colectivo se deben a la participación en las protestas más que al carácter reivindicativo de sus obras.

Si antes de la revolución solo los artistas ligados al régimen de Al Asad disfrutaban de ciertos privilegios, ahora hasta las galerías independientes están cerradas. Además, es peligroso reunirse más de cinco o seis personas y algunos han tenido que abandonar sus estudios por estar situados en puntos de conflicto.

Pero, en vez de acabar con el movimiento, las dificultades y la falta de un lugar donde exponer han agudizado el ingenio de los artistas, que han dado a luz iniciativas en la red y en la calle para intercambiar ideas y acercar la creatividad revolucionaria a sus conciudadanos.

Entre estos proyectos destaca el grupo de Facebook 'Arte y Libertad', en el que los artistas cuelgan fotografías de sus obras para expresar su apoyo a la revuelta y su solidaridad con los detenidos y los caídos.

La revolución es una paternidad robada, de Mustafa Yacub, en la que un niño pregunta en una pancarta "¿Quién me va a devolver a mi padre vivo?"; Esperanza, de Emad Obeid, un acrílico que representa una ciudad destruida y una paloma de la paz; y Papel Blanco, de Rus Aisa, un juego de armas de papiroflexia, son algunas de las obras expuestas este mes.

En 'Arte y Libertad', un manifiesto firmado por cerca de 200 artistas, insta a la formación de "una agrupación profesional independiente para defender sus opciones intelectuales y creativas en esta etapa crucial" y llama a "un cambio total sin internacionalizar la crisis ni caer en la violencia sectaria".

También quieren organizar una exposición en Siria, pero con copias de las obras ante el temor a que las fuerzas de seguridad las destruyan, cuenta Al Shaarani, quien lamenta el escaso margen de maniobra: "Es todo lo que podemos hacer como movimiento civil contra un régimen que obliga a la población a empuñar las armas".

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