Una de sus principales misiones es fijar criterios de planeamiento para evitar procesos de urbanización insostenibles. Así, los municipios andaluces deberán atenerse a un modelo de ciudad compacta, cuyo crecimiento venga dado por el cumplimiento del planeamiento urbanístico anterior y la disponibilidad de recursos naturales.
El Consejo de Gobierno aprobó ayer el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), que establece las pautas por las que se tienen que regir las administraciones en la organización física y espacial de la región.

En transportes, se da prioridad al ferrocarril. Además, se propone llevar la red de gas natural a más del 90% de las ciudades con más de 20.000 habitantes y racionalizar el consumo de agua en la agricultura y en el litoral.