La fallecida cantante de soul Amy Winehouse ha dejado un legado monetario de casi tres millones de libras, unos tres millones y medio de euros, a sus herederos tras su precoz muerte a los 27 años el pasado julio, informa The Sun.

La popular autora de los éxitos musicales Rehab o You Know I Am  No Good, que peleó durante años con las drogas y el alcohol, tenía un patrimonio valorado al morir en 4.257.580 libras (5.077.037 euros) solo en activos, que se ha visto algo mermado al pagar deudas pendientes e impuestos.

La considerada "diva del soul", que durante su corta carrera sacó al mercado dos exitosos álbumes, no tenía redactado su testamento por lo que se ha dispuesto que su dinero vaya a parar a sus familiares.  Esta situación hace que el exmarido de Winehouse, Blake Fielder-Civil, no reciba ni un solo penique de la herencia de la artista, que actualmente administra su padre, Mitch Winehouse.

En su corta vida, el éxito comercial siempre acompañó a la cantante que triunfó en 2003 con su álbum debut Frank, un disco que vendió un millón y medio de copias, y en 2006 con Black to Black con el que consiguió fama mundial y logró vender más de quince millones de copias.  En 2007, ese trabajo fue escogido mejor disco del año y en febrero del 2008 convirtió a Amy en la primera intérprete británica en ganar cinco Grammys.

El 23 de julio de 2011, Winehouse, habitual en las clínicas de rehabilitación, fue hallada sin vida en su domicilio del barrio de Candem Town (al norte de Londres), un piso frecuentado tanto por "camellos" como por famosos, después de haber ingerido elevadísimas cantidades de alcohol.