El Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge 'La Noche de Max Estrella', producción del Centro Andaluz de Teatro

Con motivo de la decimoquinta edición de 'La Noche de Max Estrella', el Círculo de Bellas Artes de Madrid estrenó este martes la obra del mismo nombre basada en 'Luces de Bohemia' de Ramón María del Valle-Inclán, dirigida por Francisco Ortuño Millán y protagonizada por el ganador de un Premio Goya Carlos Álvarez-Nóvoa. Este montaje se representa también los días 28, 30 y 31 de marzo.
Cartel De 'La Noche De Max Estrella'
Cartel De 'La Noche De Max Estrella'
CENTRO ANDALUZ DE TEATRO
Cartel De 'La Noche De Max Estrella'

Con motivo de la decimoquinta edición de 'La Noche de Max Estrella', el Círculo de Bellas Artes de Madrid estrenó este martes la obra del mismo nombre basada en 'Luces de Bohemia' de Ramón María del Valle-Inclán, dirigida por Francisco Ortuño Millán y protagonizada por el ganador de un Premio Goya Carlos Álvarez-Nóvoa. Este montaje se representa también los días 28, 30 y 31 de marzo.

A cargo de esta versión de 'Luces de Bohemia', el Centro Andaluz de Teatro, en colaboración con el Centro Dramático Galego, concibe un espectáculo escénico digno de la obra de Valle-Inclán que engancha al público con una valiente puesta en escena que trata de expresar lo que pasa por la mente de Max.

En palabras de Álvarez-Nóvoa, esto no es una versión de 'Luces de Bohemia', puesto que el texto es tal cual, pero puntualiza que la novedad es que el texto "entra en la cabeza de Max, poeta ciego, para tratar de ver y escuchar como él". "Ofrecemos al público el texto original desde el punto de vista de Max, por lo que la historia finaliza con su fallecimiento", añade.

La dramaturgia, por tanto, transita por aquellas escenas de 'Luces de Bohemia' en las que aparece el protagonista, hiperbólico andaluz, poeta prisionero de su ceguera, que vagabundea por un Madrid absurdo, brillante y hambriento de principios del siglo XX. Se retrata una España decimonónica grisácea y decadente en la que no tienen cabida los poetas e intelectuales.

Así las cosas, la percepción poética de Max es el impulso estético de esta propuesta teatral, un mundo escénico, de piel adentro, espejo del 'quejío' vital de Max. Y es que la angustia del protagonista, las voces de su cabeza, sus alucinaciones en la sombra, la puesta en escena y el montaje arriesgado han convertido esta obra en un necesario homenaje a la obra de Valle-Inclán.

Ortuño Millán, por su parte, resalta que Max hace que el público "vea Madrid de una forma diferente" después de presenciar la obra, "con una emoción de respeto". "Veníamos con a Las Ventas, y queremos que el público que acuda disfrute", sentencia.

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