La 'Suite Vollard', la colección del marchante a quien Picasso llamaba amigo

  • Llega a Madrid la 'Suite Vollard', magistrales grabados del artista malagueño que exhibirá desde mañana la Fundación ICO.
  • Son 97 grabados en los que Picasso volcó gran parte de sus obsesiones.
En 1933 nace la picassiana saga de grabados sobre el Minotauro. De ese año es 'Minotauro, bebedor y mujeres', donde el artista transmite las dos caras de la bestia.
En 1933 nace la picassiana saga de grabados sobre el Minotauro. De ese año es 'Minotauro, bebedor y mujeres', donde el artista transmite las dos caras de la bestia.
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En 1933 nace la picassiana saga de grabados sobre el Minotauro. De ese año es 'Minotauro, bebedor y mujeres', donde el artista transmite las dos caras de la bestia.

En un Hollywood falto de ideas, la vida de Henri-Louis-Ambroise Vollard (1866–1939) daría para una película. Descubridor de Cézanne o Picasso, Vollard fue un legendario coleccionista y dio nombre a la exposición que, a partir de mañana (y hasta el 20 de mayo), se exhibe en la Fundación ICO de Madrid, una obra cumbre del grabado del s. XX firmada por Picasso.

Hubo de todo en la vida de Vollard: una niñez exótica,  una juventud en París donde se interesó por el arte, una temprana carrera como coleccionista y con la que intimó con Renoir o Degas... Y, finalmente, un templo: su tienda en el número 37 de la calle Laffite, que sería el epicentro del arte de París y del mundo.

Matisse lo consideró un explotador. Cézanne le agradeció que lo rescatase del ostracismo. ¿Y Picasso? Como Renoir, consideró a Vollard un amigo. Se conocieron en 1901, cuando el malagueño tenía 19 años. Fue Vollard quien expuso por primera vez sus obras en París, quien apostó por sus épocas azul y rosa y quien creyó en el cubismo.

¿Y la Suite Vollard? Son 97 grabados (a los que sumar tres retratos de Vollard) en los que Picasso volcó gran parte de sus obsesiones. Un diario que llegó a manos del coleccionista antes de su muerte, pasó mucho tiempo en sus almacenes y que de nuevo (ya estuvo en Madrid en 2008) despliega ante nuestros ojos dos genios: el de Picasso y el de quien supo apostar primero por él.

Grabados a cambio de otras obras

Desde 1901, Vollard mostró un enorme interés por la obra de Picasso. El punto álgido de su colaboración fue la Suite Vollard: el coleccionista obtuvo, en 1937, la serie inicial de 97 grabados a cambio de un importante número de obras de su propiedad que el artista malagueño deseaba para su colección privada. Los cobres de la Suite Vollard fueron mostrados por primera vez en 1979, en una exposición en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París.

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