Varios agentes acudieron a un hotel de Estocolmo para llevarse esposado a Rose, quien tras tocar con su banda y seguir la fiesta en la noche sueca quiso prolongarla sin fortuna en el hotel, y acabó destrozando un espejo y mordiendo en una pierna a un guardia de seguridad.

Según revela un agente policial a "Expressen", el interrogatorio del cantante tuvo que ser retrasado varias horas debido a su estado de embriaguez.

Rose negó los hechos inicialmente, lo que motivó su detención por agresión leve y daños materiales ante el riesgo de que abandonara el país, declaró al diario el fiscal Fredrik Ingblad.

Tras permanecer detenido varias horas, el rockero admitió su culpabilidad, pagó una multa de 50.000 coronas suecas (unos 5.400 euros) y salió a toda velocidad al aeropuerto de Bromma, donde tomó un avión para Oslo, escenario de su próximo concierto.

Guns N'Roses, una de las bandas de rock más exitosas de la década de los noventa, ha vuelto a los escenarios tras años de ausencia, aunque sólo Axl Rose perteneció a la formación original.