Los retratos en miniatura alcanzaron su momento más alto en expresividad y técnica en Inglaterra, entre los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, los artistas europeos venían practicando esta disciplina desde el XVI y grandes pintores como Francisco de Goya y Jean-Honoré Fragonar hicieron de ella una faceta más de su trabajo como pintores.

El complejo arte de pintar retratos de tamaño mínimo sobre papel vitela (pergamino obtenido a partir de cuero de novillo) y, más tarde, sobre piezas de ébano, para engarzarlos en medallones, relojes o joyeros, llegó a su cénit entre los artistas ingleses, sobre todo con Charles James Turrell, que llegó a hacer miniaturas por encargo de la familia real.

La galería Philip Mould & Company de Londres expone en The Painted Face during the Age of Photography (La cara pintada durante la edad de la fotografía), una suntuosa colección de miniaturas de estilo eduardiano, datadas entre 1870 y 1970.

La muestra, que agrupa casi un centenar de piezas, ha sido reunida y seleccionada por la historiadora Emma Rutherford, especializada en el estudio de las miniaturas, una técnica que decayó hasta el punto de estar a punto de desaparecer con la invención de la fotografía, pero que renació durante el siglo XX como símbolo de distinción.

"Es la primera vez que una exposición de retratos en miniatura se dedica a este periódo. Las piezas tardías, sobre las eduardianas, han cuadriplicado su valor durante la última década y se han convertido en sumamente populares", señala Rutherford.

Entre las miniaturas exhibidas en Londres hay retratos de nobles, militares, niños y mascotas, sobre todo perros. Destacan tres piezas de Turrell, un retrato de la princesa Alexandra de 1886, otro de la artista de music hall May Hartog y un tercero de un campeón de boxeo no identificado.

En paralelo a la muestra se presenta el libro A Dictionary of Miniature Painters 1870 -1970, que cataloga 2.300 miniaturas de la época.