La secretaria primera de la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha, Cesárea Arnedo, ha asegurado que es "incierto y falso" que la Junta de Personal de esta institución haya enviado un escrito pidiendo que se reconsidere la idea de celebrar un pleno el día de la huelga general.

Arnedo ha reaccionado de esta manera después de que el secretario segundo de la Mesa de las Cortes, Jesús Fernández Vaquero, haya criticado que la Mesa no haya atendido un escrito "de los trabajadores de la Casa" pidiendo que se reconsiderase la convocatoria de ese pleno.

La secretaria primera de la Mesa ha negado la existencia de este escrito y ha defendido que la Junta de Personal de las Cortes de Castilla-La Mancha ha aprobado por unanimidad y ha ratificado los servicios mínimos establecidos para la jornada de huelga general.

De este modo, Arnedo ha acusado al también diputado socialista de "faltar a la verdad" y ha asegurado que los servicios mínimos del personal de esta Cámara están "plenamente garantizados" y que el mismo Fernández Vaquero los ha aprobado.

De otro lado, ha criticado a Fernández Vaquero por hacer un "uso partidista" de la sala institucional de las Cortes al realizar una comparecencia "totalmente kafkiana" arremetiendo contra el presidente de las Cortes y secretario general de los 'populares' en la región, Vicente Tirado.

A su juicio, este tipo de declaraciones muestra el "descontrol y el desbarajuste" en el que está inmerso el Grupo Parlamentario Socialista y ha defendido que Tirado siempre ha respetado esta sala institucional que representa "los intereses de los castellano-manchegos". CAÑIZARES

Por su parte, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Francisco Cañizares, ha indicado que hay que reconocer el derecho a la huelga en las Cortes, fijando unos servicios mínimos, pero también el derecho de los trabajadores a asistir a su puesto de trabajo como ocurrió en la huelga del sector público en la que sólo un trabajador secundó la convocatoria.

Asimismo, ha afirmado que "las huelgas, máxime con la premura que se ha convocado ésta, con menos de 100 días de Gobierno de España, indican que no se está preocupado de la solución de los problemas, sino de garantizarse un poder y una representación, que deben ganarse de otra manera".

"Somos respetuosos con estas manifestaciones, pero no

es el momento de huelgas, porque ni la sociedad ni la economía

española pueden soportar actuaciones que supongan dañar el empleo y la

economía del país", ha concluido.