Mujeres víctimas de la violencia machista contratan a vigilantes privados por falta de protección

  • Los profesionales de la seguridad denuncian que se está negando protección a las víctimas por falta de recursos.
  • Los agentes denuncian que están desbordados.
Una mujer maltratada, en un centro de acogida.
Una mujer maltratada, en un centro de acogida.
JORGE PARÍS
Una mujer maltratada, en un centro de acogida.

Mujeres que sufren malos tratos recurren a la vigilancia privada para que las protejan. Excepto en el País Vasco, se deniega sistemáticamente a las mujeres víctimas de la violencia machista el apoyo de un escolta profesional y armado. La policía se ve desbordada ante el alud de casos que deben seguir a diario. De hecho, en Cataluña, la ratio de mujeres que debe controlar cada agente especializado es el doble que en el resto del Estado.

Según confirman profesionales del sector de la vigilancia privada a 20 minutos, en Cataluña hay mujeres que contratan personal de seguridad o sencillamente hombres corpulentos y forzudos, los conocidos popularmente como gorilas, para protegerse ante las agresiones de la pareja. Les puede costar unos 80 euros el día, según fuentes del sector, y se contratan según la actividad que se lleve a término o por jornadas.

"El Ministerio deniega sistemáticamente la petición de protección profesional de escoltas", según expone el delegado en Cataluña de la Asociación Española de Escoltas (ASES), Xavier P. "Hace más de seis años que pedimos poder proteger a las víctimas de violencia machista y es un derecho que tienen las mujeres, pero sólo se concede en Euskadi, donde el Gobierno autonómico tiene competencias", aclara, y matiza que en el País Vasco protegen a 52 mujeres. Sin un escolta homologado, es decir, que puede ir armado, la vigilancia a la que optan las víctimas en Cataluña es únicamente un "acompañamiento", tal y como lo definen los profesionales del sector: "Podría ser su novio o un chófer", ejemplificaba así el delegado de ASES en Cataluña.

Pocos agentes

Actualmente, hay 186 agentes de los Mossos d'Esquadra que velan por la seguridad de las mujeres víctimas de la violencia machista. Forman parte de un programa que se basa en el control de estas mujeres y en la prevención de nuevos episodios violentos. Pero los agentes aseguran que están saturados.

Si en 2011 se registraron 2.539 mujeres atendidas por la Unidad de Apoyo de Atención a las Víctimas (USAV) de los Mossos, esto implica que cada agente debe atender a una media de 13 mujeres afectadas. Una cifra que casi dobla la media estatal, puesto que es, según el Sindicato Unificado de Policía (SUP) –que reúne a los cuerpos de seguridad de l'Estado– de entre cinco y 10 casos por agente.

"La protección de víctimas de violencia machista es del todo insuficiente", denunciaba el secretario general del Sindicato de Policías de Cataluña, David José, y añadía que "los agentes están desbordados". El secretario de Comunicación del SUP, Antonio Granados, puntualizaba que "los agentes se basan en un control telefónico, en muchos casos a través del whatsapp".

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