La producción de frutas y hortalizas al aire libre en la provincia de Almería durante la última campaña superó los 36.600 millones de kilos y su facturación alcanzó 26,5 millones de euros, lo que supone un 1,2 por ciento del total del sector hortofrutícola.

Pese a que Almería es cuna de la mayor cosecha de España bajo abrigo con 27.000 hectáreas invernadas y dos cosechas por año que dan una producción de casi 2,9 millones de toneladas de frutas y verduras, la provincia acoge también explotaciones agrícolas al aire libre donde se cultivan otras verduras que, por su volumen, pueden considerarse "hortalizas menores".

Según datos facilitados por la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca, productos como la col, el espárrago, la achicoria verde, el ajo, el rábano, las habas o las cebollas suman algo más de 2.000 hectáreas de superficie.

En este apartado de hortalizas "menores" no se incluye la lechuga, que si bien se cultiva al aire libre, por su extensión y su producción es una de los principales productos de la huerta almeriense. Con casi 7.000 hectáreas, es el segundo cultivo hortícola con más superficie en la provincia tras el tomate y el pimiento, y su cosecha en la pasada campaña ascendió a 160 millones de toneladas, valoradas en 80,2 millones de euros.

Dentro de este grupo, por su superficie, destacan el brócoli —475 hectáreas—; las habas verdes —329—, y las alcachofas —200—. Por su parte, al cultivo de la col, los agricultores de la provincia dedicaron la pasada campaña 124 hectáreas —16 en invernadero—, 115 hectáreas a los guisantes verdes —85 bajo plástico—; 94 a la escarola; 73 a la coliflor; y 54 a las cebollas. Todos estos productos, en cultivo tradicional, a la intemperie.

Y dentro de estas verduras "menores", todavía hay otras mucho más minoritarias que, por su escasa presencia en el campo almeriense, podrían considerarse testimoniales. Es el caso de las setas, con una hectárea; la cebolleta, dos hectáreas; la berza, tres hectáreas; y el puerro con cinco hectáreas. En la pasada campaña también se cultivaron 30 hectáreas de rábano, 24 de ajo, 27 de calabaza y 50 de apio.

Por su peso, la cosecha más destacada es la de brócoli, con casi 12,8 millones de kilos; las habas verdes —4,2 millones—; la col con 3,8 millones; la alcachofa —2,7—; y la coliflor con casi dos millones de kilos. De escarola y espinacas las cosechas superaron los 1,3 millones de kilos.