Se cumplen a la vez los 500 años de vida de la catedral y el V centenario de la muerte de Cristóbal Colón. Así que era la ocasión idónea para organizar una exposición sobre el descubridor en el magno santuario. El almirante en la catedral muestra el importante legado que se conserva del navegante, buena parte de él donado por su hijo Hernando Colón en el siglo xvi.Bajo unas velas blancas como símbolo de lo náutico, la exposición se organiza alrededor de tres zonas en las que se pueden contemplar los libros que anotó y escribió el propio Colón; la catedral que él conoció, tan distinta a la actual; así como su mausoleo y la sepultura de su hijo Hernando. Las tres grandes zonas tienen títulos significativos: El sueño del almirante en una biblioteca imaginada, La montaña hueca, entre el final y el principio y El mausoleo itinerante. Llama la atención una fiel reproducción del libro de firmas que utilizó Colón, encuadernado exactamente igual, y donde hoy, 500 años después, los sevillanos pueden dejar su rúbrica.