Inalámbricos: Pero empleando radiofrecuencia, mejor y más fiable que la vieja tecnología de infrarrojos.
Láser: Aún muy pocos son así. En su defecto será óptico, que pueden operar sobre cualquier superficie sin alfombrilla y no tienen esa incómoda bola que se llena de porquería.
Ergonómicos: Si pasa muchas horas con la mano posada sobre el ratón, un buen diseño puede evitar dolorosas lesiones como el síndrome del túnel carpiano.
Dotados de botones: Para asignar múltiples funciones. Imprescindible el scroll, esa ruedecilla que permite bajar y subir por las web y los extensos documentos.
En vanguardia
Unos investigadores de los laboratorios NTT Cyberspace han ideado una suerte de webcam que reconoce el movimiento de una pelota, algo que han bautizado como ‘ratón 3D’. En el Instituto de Tecnología de Massachusetts llevan tiempo experimentando con la prometedora interfaz de la atención, un periférico capaz de captar las expresiones de los seres humanos y actuar en consecuencia.
En la universidad de Glasgow se están desarrollando ratones adaptados para invidentes, que emiten sonidos, e IBM tiene un roedor que limita los temblores de la mano. Todos son aún prototipos, pero no se extrañen si en pocos años comienzan a verlos en las estanterías de las tiendas.
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