El Museo de Pasión de Valladolid acoge por primera vez en España la muestra con grabados originales de Marc Chagall

La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión acoge desde este viernes, y por primera vez en España, la exposición 'Marc Chagall. Las fábulas de La Fontaine', con 100 grabados originales del genial artista, según informaron a Europa Press fuentes municipales.
Imagen De La Exposición
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La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión acoge desde este viernes, y por primera vez en España, la exposición 'Marc Chagall. Las fábulas de La Fontaine', con 100 grabados originales del genial artista, según informaron a Europa Press fuentes municipales.

Considerada como una de las obras maestras de Chagall, en estos aguafuertes realizados entre 1927 y 1930 destaca en las ilustraciones de estas fábulas de Jean La Fontaine la maestría con la que posiciona a los personajes, a la manera de la escritura hebraica y los iconos rusos que se encuentran todavía entre los recuerdos de su infancia y adolescencia. De nuevo Chagall consigue sorprender con sus sugestiones, llevándonos al descubrimiento del mundo con la mente de un niño.

Técnicamente, estas obras difieren mucho de la serie las 'Almas muertas', de Nicolás Gógol'. Según Meyer, Chagall ahora antecede la aplicación de la aguatinta y el uso del buril; también la técnica de la punta seca apenas es evidente. En vez de eso, realiza todo por medio del grabado y cubre la superficie del grabado con barniz, una combinación que hace más intensos los efectos pictóricos.

El buril dibuja los más delicados follajes ramificados y arbustos, la textura del plumaje y del pelo suave, y a través de sombreados y esgrafiados consigue una gran gama de tonalidades, desde el blanco al negro oscuro. Así cada imagen es el resultado de una larga serie de fases de trabajo en el curso del cual el diseño pictórico en luces y sombras es definido lentamente en un proceso comparable a la elaboración de estructura del color en una pintura.

Las fábulas ilustran los grandes temas de la vida que interesaban también a Chagall en otros trabajos, especialmente La Biblia: el amor, la muerte, y la locura humana.

Lenguaje singular

Marc Chagall (1887-1985) es uno de los artistas más importantes del siglo XX, con un estilo único creó un lenguaje singular. A lo largo de su dilatada carrera logró alcanzar una personalidad inconfundible a través de sus figuras etéreas, de sus colores, de su imaginario y de sus temas populares.

Como muchos compatriotas rusos, se instaló en París en las primeras décadas del siglo XX y esos años fueron decisivos para la definición de su carrera artística. En la capital francesa se relacionó con pintores, poetas, escritores, galeristas y marchantes.

Pero más allá de esas amistades tuvo la oportunidad de encontrarse frente a frente con las obras de grandes maestros como Rembrandt y pudo aprender de las formas, de los colores y del estilo de Manet, Matisse o Picasso.

En 1923 conoce a Ambroise Vollard (1866-1939), uno de los personajes claves con el que se relacionó en el París de entreguerras. Su galería estaba en la Rue Laffite, igual que la del gran marchante de los impresionistas Durand-Ruel y que la galería Bernheim.

El galerista siempre estuvo interesado en la realización de libros ilustrados por artistas y su labor como editor es destacable. En este sentido trabajó con Pablo Picasso, Maurice Denis, Auguste Rodin, Emile Bernard y Aristide Maillol, entre otros.

El gran marchante y editor se sintió enseguida atraído por el carácter narrativo de los iconos religiosos de las obras de Chagall y encontró en él al artista perfecto para editar 'Las Fábulas de La Fontaine'. Además le encargó las ilustraciones de 'Almas Muertas', de Nicolás Gogol (1925-1931) y de 'La Biblia' (1930).

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