En lo que va de año, los pillados por orinar en la calle no se han reducido lo más mínimo. Desde enero se han puesto 150 sanciones. En 2005, por estas fechas, se habían puesto las mismas multas y el año terminó con el doble: 300 sanciones. La sanción, en todo caso, nunca ha alcanzado su importe máximo, reservado para casos de reincidencia.

No se libra ni una zona. Todo el Casco Viejo, Pozas, Mazarredo, Luzarra... Los  vecinos no aguantan más. «Hay que pasar corriendo para entrar en casa» resume Javier Rodríguez, portavoz vecinal del Casco Viejo, y crítico con la «ineficacia» de  la Policía.

Los agentes  aseguran que se sanciona al que pillan in fraganti, a no ser que «la tarea de identificarle sea peor que dejarle en paz». Una patrulla de limpieza se encarga de los residuos los sábados y domingos por la mañana.

Saray Velas Estudiante, 18 años. «Hay gente que se pasa con la bebida y orina en cualquier sitio. Es demasiado. Se ve que hay más policías y algo hará, pero la gente sigue orinando igual en la calle. Tenían que poner más baños públicos. Algo haría».

Cristina Enparanza Ama de casa 42 años   «Es horroroso. Vivo en Mazarredo y el portal aparece meado desde el jueves hasta el domingo. Las máquinas pasan y lo limpian, pero, hasta que llegan, huele muchísimo. Es cuestión de educación. La gente no tiene».

Faustino Iriondo. Jubilado. 64 años. «Cuando yo era joven y salía de fiesta no pasaba esto. Si tenías ganas, entrabas al bar. Ahora, los jóvenes hacen lo que les da la gana y lo sufrimos los vecinos. Por suerte, el servicio de limpieza lo deja bien».