Condenado a 15 meses de cárcel por entrar a la fuerza en casa de su expareja y retorcer el dedo a su madre

El fiscal le pedía inicialmente una pena glogal de tres años y medio de privación de libertad

El joven Noé C.P, acusado de entrar a la fuerza en casa de su expareja en Valladolid en julio de 2010 y causar lesiones en un dedo a su madre cuando ésta y su marido trataron de impedir que el procesado viera a su hija, ha sido condenado a una pena global de quince meses de cárcel, en lugar de los tres años y medio que inicialmente pedía la acusación pública.

Aunque los hechos se habían tramitado por el procedimiento de jurado popular y la fecha de juicio estaba prevista para este jueves, las partes personadas han pactado dicha rebaja, por lo que finalmente la vista consistió en una mera comparacencia en la que Noé C.P. se limitó a aceptar la pena acordada, de un año de cárcel y multa de 720 euros por un delito de allanamiento de morada y otres tres meses por lesiones y, al igual que el fiscal, anunciar su propósito de no recurrir el fallo, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

La condena incluye, además, la obligación del joven de indemnizar a la madre de su expareja con 1.200 euros por las lesiones ocasionadas a ésta.

El incidente se produjo en la tarde del día 20 de julio de 2010, cuando el condenado llamó por teléfono a la joven Andrea V.G, mientras ésta se encontraba en su domicilio situado en la calle de Las Mercedes, y le dijo que quería verla.

Ante la negativa de la mujer, Noé le mandó mensajes a través del teléfono móvil, ante lo cual ella optó por apagar el terminal. Fue entonces cuando, supuestamente, el joven se dirigió al domicilio que Andrea compartía con sus padres y una hermana y al llegar llamó al portero automático, sin lograr que le abrieran la puerta.

Sin embargo, aprovechó la salida de un vecino para entrar en el edificio, subir hasta el piso de su expareja y empezó a llamar al timbre, momento en que el padre de la joven abrió la puerta pero sólo para advertirle de que su hija no deseaba verle e invitarle a marcharse del lugar.

Tras esperar un rato en la escalera, Noé volvió a llamar y al abrirle el padre por segunda vez aprovechó para meter el pie con el fin de evitar que cerrara la puerta, a la vez que empujó al progenitor de la joven hasta hacerle caer en el suelo, sin causarle lesión alguna.

El ruido causado hizo que la madre acudiera al recibidor, donde, con la ayuda de su marido, agarró a Noé para impedirle el paso. En el forcejeo, el procesado retorció a la madre uno de los dedos de una mano, lo que le causó una fisura de la que tardó en curar 21 días.

Con todo, y pese a la oposición de la lesionada y de otra de sus hijas, que fueron empujadas, Noé logró acceder hasta el salón de la vivienda donde se hallaba su expareja, si bien ésta reiteró que no deseaba verle. Tras permanecer unos minutos en el piso, el acusado optó por marcharse al enterarse de que la hermana de su exnovia había solicitado auxilio a la policía.

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