Adhesión irregular y menor a la anterior en la huelga general de Portugal contra la reforma laboral

  • Los sindicatos comunistas convocaron la huelga contra la reforma laboral.
  • La protesta tiene una incidencia alta en el transporte público, aunque no lo ha paralizado, baja en el comercio, y moderada en las administraciones.
  • Esta protesta es la segunda que sufre el primer ministro conservador Pedro Passos Coelho desde que ganó las elecciones anticipadas de junio de 2011.

Los sindicatos se muestran satisfechos por la huelga general organizada este jueves en Portugal, pese a la limitada incidencia que le atribuyen los medios de comunicación y fuentes de las empresas y entidades públicas.

La Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) aseguró que la huelga general tuvo "una gran adhesión",  tras calcular que la protesta contaría con una participación "similar" a la del anterior paro, que tuvo lugar el pasado 24 de noviembre también contra la política económica del Gobierno conservador luso.

En un discurso al término de una manifestación en Lisboa de respaldo a la huelga, el el secretario general de la CGTP, Armenio Carlos, repudió el aumento de la precariedad laboral. Según cálculos de Carlos, el 23 por ciento del total de los trabajadores de Portugal se encuentra en esa situación que solo sobrepasan Polonia y España, señaló.

El Ejecutivo conservador de Portugal cumplió su promesa de no dar datos de adhesión al paro, aunque anunció que a finales de mes divulgará un balance.

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, se refirió también al paro, aunque evitó comentar su repercusión, durante una visita a Oporto (norte del país) en la que fue abucheado por algunos manifestantes.

"La huelga es un derecho que está constitucionalmente consagrado y las manifestaciones también. Por tanto, tiene que respetarse. Es una actitud de civismo y de espíritu democrático. No puede ser de otra manera", declaró.

La huelga, convocada por la CGTP sin el apoyo de la segunda central lusa más importante, la socialista Unión General de Trabajadores (UGT), tuvo una repercusión limitada y menor a la de hace cuatro meses, según diversas fuentes y medios de comunicación.

La protesta sólo registró incidentes de importancia en Lisboa, donde un policía y dos periodistas resultaron heridos en una de las más de treinta manifestaciones que hubo por todo el país durante la jornada.

La amenaza del paro

Armando Farias, de la Comisión Ejecutiva de la central sindical -de orientación comunista-, admitió, sin embargo, la posibilidad de que esta vez las consecuencias de la huelga se noten menos y lo atribuyó al fuerte incremento del desempleo en los últimos cuatro meses.

En los principales núcleos urbanos de Portugal la protesta se notó poco y la actividad comercial y los servicios funcionaron con normalidad, según los medios lusos y portavoces de organismos y empresas. Las emisoras de radio y de televisión lusa han informado de menores efectos de la huelga en comparación con la organizada hace cuatro meses.

Por su parte, la CGTP destacó la incidencia en los transportes públicos, la administración central y municipal y los servicios portuarios, de bomberos y de recogida de basuras. Los sindicatos portugueses no suelen dar cifras concretas de participación, al igual que el Gobierno y la patronal, y el paro de noviembre fue calificado por las centrales como la mayor huelga general desde 1988, incluida la realizada a finales de 2010, cuando estimaron que tres de cada cuatro trabajadores la siguió.

Según Farias, la protesta de este jueves tuvo seguimiento también en colegios y hospitales, con "muchos centros de salud en funcionamiento sólo con servicios mínimos". La Federación Nacional de Profesores (Fenprof) calculó apenas por encima de 40 el numero de centros de enseñanza de cuyo cierre, por ausencia de docentes, tenía constancia.

Tráfico aéreo sin problemas

Fuentes de la Federación Nacional de Sindicatos de Enseñanza, que no se sumó a esta huelga, destacaron que la mayoría de escuelas ha funcionado, lo que permitió a los padres dejar a sus hijos en el colegio.

Farias indicó que en el sector servicios, donde tradicionalmente la incidencia es mucho menor, hubo ejemplos de elevada participación en la protesta, como la entidad estatal Caixa Geral de Depósitos, con cerca de un 50 % de empleados de su sede central en huelga.

Aseguró, además, que en algunas grandes superficies comerciales su sindicato observó un alto seguimiento, pese a la "gran precariedad, los horarios abusivos, los contratos a plazo y los bajos salarios" del sector. "En estos casos, aparentemente las cifras pueden no ser relevantes, pero dado el sector y el contexto en el que se producen también son importantes", resaltó.

Según sus datos, el paro registra una fuerte adhesión en el sector privado y en la administración pública, ya sea a nivel central, regional o local, aunque los medios lusos informaron de que en Lisboa y Oporto esas actividades estaban muy poco afectadas. Farias atribuyó la incidencia limitada de la huelga que señalan los medios de comunicación sobre todo al fuerte crecimiento del desempleo, que en cuatro meses "se ha incrementado en dos puntos porcentuales", hasta rondar el 14 por ciento.

Al contrario que en la huelga de noviembre, el tráfico aéreo registró pocos problemas y la aerolínea nacional TAP informó de la cancelación de solo dos vuelos durante la mañana. En el transporte la huelga paró por completo el metro de Lisboa, pero esta vez no consiguió paralizar los autobuses, trenes de cercanías o el tráfico fluvial de pasajeros con la populosa margen sur del río Tajo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento