El Ayuntamiento de Barcelona aprobó este martes modificar dos artículos de la ordenanza de civismo aprobada en 2006 para endurecerla y prohibir la prostitución en las calles. La medida entrará en vigor antes de verano, una vez finalizada su tramitación.
En la Comisión de Presidencia y Régimen Interior, el PP ha sacado adelante una propuesta, apoyada por CiU y rechazada por PSC, ICV-EUiA y UpB, que acuerda cambiar los artículos 39 y 40 de la ordenanza y prohibir que se ofrezca, solicite, negocie o acepte cualquier servicio sexual retribuido en el espacio público.
El primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn, ha defendido el "claro compromiso" del consistorio para erradicar esta práctica, y ha explicado que se priorizarán los instrumentos para actuar con más firmeza contra los clientes, por lo que se encarecerán las sanciones y se eliminará el aviso previo a quienes demandan servicios sexuales. A cambio, potenciará el trabajo con la Agencia para el Abordaje Integral de Trabajo Sexual (Abits), cuyo presupuesto se incrementó un 67% en los últimos presupuestos.
Rechazo frontal
Sin embargo, la prohibición total ha sido rechazada por los propios Servicios de Prevención municipales. Un informe firmado el 17 de octubre por su director, Josep Maria Lahosa, asegura que el endurecimiento de la ley "no aporta mejoras a la regulación actual ni en sus aspectos normativos ni en las posibilidades de recuperación social de quien ejerce la prostitución en la calle".
que PSC, ICV-EUiA y UpB han votado en contra de la propuesta que firman PP y CiU. La oposición asegura que ello solo empujará a crear más marginación entre las prostitutas, a criminalizarlas y a que se multipliquen los prostíbulos. El vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), Lluís Rabell, ha advertido por su parte al Ayuntamiento de que "con medidas excluyentes sólo puede hacer que debilitar y criminalizar" a las prostitutas.
El alcalde de la ciudad, Xavier Trias (CiU), ha manifestado por el contrario que se actuará "más sobre los clientes que sobre las mujeres" para acabar con "la esclavitud del siglo XXI".
La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, ha afirmado que velará por evitar que las prostitutas que ejercen en las calles de la capital catalana "no sean víctimas de una represión en relación a las sanciones", a la par que ha defendido que "hay otros medios para afrontar este fenómeno".
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