Condenado a 8 años y medio por intentar matar al que creía que era el exmarido de su pareja

La Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real ha condenado a L.G.S., de 54 años de edad, a un total de ocho años y seis meses de prisión por un intento de asesinato a T.P.P., en unos hechos ocurridos en la pedanía de El Trincheto, dependiente de la localidad de Porzuna.

La Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real ha condenado a L.G.S., de 54 años de edad, a un total de ocho años y seis meses de prisión por un intento de asesinato a T.P.P., en unos hechos ocurridos en la pedanía de El Trincheto, dependiente de la localidad de Porzuna.

Por otro lado, el tribunal ha absuelto a A.P.C., de 57 años y víctima del intento de asesinato, del delito del encubrimiento al condenado por dispararle.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se considera probado que L.G.S. mantenía relación de enemistad con T.P.P., quien había estado casado con su pareja, la cual denunció en varias ocasiones a su exmarido, siendo condenado T.P.P. a pena de prisión que cumplió en enero de 2010.

El día 12 de julio de 2010, el acusado se acercó a una finca propiedad suya y sobre las 21.30 horas se apostó en un árbol con una escopeta, a la espera que pasara T.P.P., que tenía una finca alquilada en las cercanías.

En un momento dado, por la zona pasó un vehículo de igual marca y color que el del exmarido de su pareja, contra el que disparó, sin herir directamente al conductor, que no era la persona que esperaba, sino A.P.C., de 57 años.

Ante la equivocación, L.G.S. propuso a A.P.C. pagarle los costes de los desperfectos causados en el vehículo por el impacto de las balas si a cambio fingía que todos había sido un accidente.

L.G.S. acompañó a A.P.C. al Centro de Salud de Porzuna y al Hospital General de Ciudad Real, donde recibió asistencia médica por las lesiones que los cristales de la luna del vehículo le habían ocasionado.

Y al día siguiente comparecieron ambos al cuartel de la Guardia Civil de Porzuna, en la que comunicaron los hechos, manifestando L.G.S. que había ocurrido un accidente.

Pese a ello, ante las investigaciones de la Guardia Civil y lo inverosímil de la versión que habían dado, ambos acabaron en la práctica reconociendo los hechos.

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