El año pasado, cerca de 450 comercios de Cantabria se vieron obligados a cerrar por la situación económica. No obstante, en ese mismo periodo, abrieron unos 250 nuevos establecimientos, de modo que la pérdida de tejido comercial "no ha sido tan grave", ya que al final el número de locales que continúan con la persiana bajada rondan los 200.

Son datos facilitados a Europa Press por la Federación del Comercio de Cantabria (Coercan), que ha detallado al respecto que los negocios más afectados por los cierres son los del sector textil y del calzado, especialmente peleterías y artículos de cuero, aunque la crisis también ha pasado factura a las tiendas de mueble.

Al margen de estas últimas, el resto se incluyen dentro de los tipos de comercios más numerosos, por lo que, desde el punto de vista estadístico y según Coercan, "es lógico pensar que también tienen el mayor número de cierres".

De cara al presente ejercicio, la patronal del sector en la región prevé que esta tendencia se va a mantener en los próximos meses. Así lo confirmar las recientes rebajas de la temporada otoño-invierno, que han finalizado con un balance "bastante negativo".

Con todo ello, Coercan valora iniciativas "positivas" como las ferias de stock que se celebran en diferentes municipios de Cantabria —la última tuvo lugar el pasado fin de semana en Santander— y que permiten a los comerciantes "aligerar" sus almacenes de productos de otras temporadas y obtener una "importante" liquidez para continuar con sus negocios abiertos.