Los guardias de seguridad les sorprendieron y los dos ladrones, que eran hermanos, rociaron con un spray antidefensa sobre la cara de los vigilantes, pero no lograron zafarse de los disparos.

Lograron huir malheridos en el vehículo de los guardias, pero sufrieron un accidente poco después y uno de ellos, que había recibido un balazo en la cabeza, murió casi de inmediato.

Tenía 29 años, y su hermano, de 26, tuvo que ser ingresado en el Hospital General con pronóstico grave funcional al presentar una herida por proyectil en una pierna, según fuentes policiales y sanitarias. Al cierre de esta edición, el hombre, identificado como A. G. G., ya había recibido el alta.

Los servicios médicos también asistieron a los guardias, de 34 y 43 años, con ojos y nariz irritados por causa del spray.

«Estábamos robando en el bar y nos han disparado. Han matado a mi hermano. No íbamos a hacer daño a nadie», dijo el presunto atracador, hermano del difunto.

Unas monedas y bebida, el botín

Una caja con bebidas alcohólicas y unas monedas son el botín que lograron obtener los dos ladrones. Llegaron al bar en un vehículo y, tras no poder romper la cristalera de pared del establecimiento con un extintor, optaron por empotrar el coche contra el vidrio. Una vez en su interior, comprobaron que la caja registradora «estaba vacía y abierta, pues así la dejamos», según el hijo del dueño del establecimiento, «y reventaron las tragaperras, donde sólo había unas monedas».