El arte de presumir

Cuento tradicional de Colombia.
En todas las culturas, cuando alguien se pone sus mejores galas es para asistir a alguna celebración importante. Seguro que te ha ocurrido alguna vez.

Había una vez un renacuajo llamado Rinrín que una mañana de primavera salió de su casa con: sombrero, corbata, camisa de seda, pantalón de franela, chaleco dorado y zapatos de charol. Su madre, la Rana, al verlo, le preguntó si iba de boda o a alguna reunión. Pero Rinrín Renacuajo no le hizo ni caso, y se marchó con el sombrero de lado y con mucha presunción.

Recogió a su amigo el ratón Pelín y juntos se fueron a casa de Doña Ratona a beber cerveza, a tocar la guitarra y a cantar canciones de amor. Doña Ratona, que era buena bailaora, se marcó algunos bailes con zapatos de tacón, cantó canciones antiguas y bebió anisete para entonar la voz. Rinrín Renacuajo, que era tan presumido como buen bebedor, le pidió a su anfitriona varias jarras de cerveza para refrescar el gaznate y tocar la guitarra con mayor afinación.

Pero cuando más se divertían, llegó Mamá Gata, y por una pata cogió al ratoncito Pelín y por el pescuezo a Doña Ratona, y de un bocado los engulló. Rinrin Renacuajo salió por la ventana, pero cuando parecía a salvo, dio un mal salto y fue a parar al pico de Mamá Pata, que hasta con sombrero se lo tragó.

Muchas veces estamos tan ensimismados que no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. ¡Ojo avizor!

Próximo viernes: 28/El lobo y el queso

Mostrar comentarios

Códigos Descuento