Un libro clasifica las identidades del policía local en positivas, conformistas y negativas

'Identidades y cultura policiales. Estudio antropológico desde el mal policía al buen policía'
Autor Del Libro 'Identidades Y Cultura Policiales', Pedro Vicente Martínez
Autor Del Libro 'Identidades Y Cultura Policiales', Pedro Vicente Martínez
EUROPA PRESS
Autor Del Libro 'Identidades Y Cultura Policiales', Pedro Vicente Martínez

El doctor en antropología por la UMU y Jefe de Policía Local de Yecla, Pedro Vicente Martínez, ha publicado el libro 'Identidades y cultura policiales. Estudio antropológico desde el mal policía al buen policía' donde, entre otras aportaciones, hace una clasificación de las identidades de los policías locales en positivas, conformistas y negativas, las cuales se desgranan en muy bueno, profesional, de pueblo, 'manta', inútil, malo, muy malo y delincuente.

Las conclusiones del libro se extraen de un trabajo de cuatro años de elaboración y un estudio de campo con una muestra de 300 policías locales. El autor reconoce que estas "identidades" llaman la atención "porque la gente lo desconoce" pero "son las que todos los policías utilizan entre sí". Ellos "se reconocen entre sí con esas identidades".

A Pedro Vicente la que más le gusta es la del policía de pueblo. Es aquel que "reside, ha nacido y vive en ese pueblo. Es un policía que recurren a él aún no estando de servicio para que les solucione problemas".

El autor extrae de su investigación que este tipo de agente "no aplica la norma legal pero sí la norma social", es decir, "tiende a resolver los conflictos más desde un punto de vista social que legal". Mantiene que "las dos posturas son legítimas pero en cualquier caso al vecino quizás le supone un mayor agrado que se aplique la norma social".

"policía manta"

Otra identidad llamativa es la del "policía manta", aquellos "que ni suman ni restan". Ellos "se acoplan a la organización, se dejan llevar, participan con sus compañeros en favorecer la vida personal de los demás, pero no participan en el crecimiento de la identidad o del grupo. Son reconocidos como tales e incluso se suelen aprovechar de ellos".

El jefe de Policía Local de Yecla también habla del "mal policía" entres versiones: el mal policía, el muy mal policía y el delincuente. Él señala que "la policía es un reflejo de la sociedad".

"En la policía entra gente que luego posteriormente es condenada por actos delictivos", son los que son denominados "los delincuentes". El autor aclara que al igual que hay delincuentes "en todos los ámbitos" también los hay en la policía, sin embargo puntualiza que "es un porcentaje casi ínfimo".

Por otro lado "el mal policía" es el que "no quiere aportar sus conocimientos a la organización", este tipo de agente "tiene capacidad pero no quiere. A diferencia del policía inútil que es que no tiene conocimientos"

En relación con estos tipos de policías, el doctor en antropología habla también de las frustraciones que sufren los agentes porque "llegan con unas aspiraciones que luego no se ven recompensadas". El autor recomienda que "a parte de dar tanta formación específica" hay que explicarle también "qué va a ser cuando entre los cuerpos policiales de cualquier administración". Por ello, continúa "la frustración suele llevar a generar malos policías".

Afirma que en los municipios pequeños se suelen dar las identidades de policías de pueblo y buen policía; y en los grandes el profesional y el muy buen policía -el que difunde lo que sabe sin esperar gratificación-. Por otro lado, "en los dos se dan las identidades negativas, pero especialmente en los grandes los muy malos policías".

Otro aspecto que trata Pedro Vicente en su obra es la diferencia entre la motivaciones que llevaron a los policías adultos a entrar en el cuerpo y las que les llevan ahora a los jóvenes a ingresar. Muchos de los primeros la motivación radicaba en "la necesidad", es decir "como medio de subsistencia de la familia, incluso no querían ser policías". Sin embargo "ahora es al contrario", los jóvenes "lo ven como una forma de generarse independencia" y también "como una forma de hedonismo".

Pedro Vicente Martínez pretende que la sociedad vea que "al final de la estructura policial hay personas" y "cambiar un poco la conciencia de la formación de los policías".

El consejero de Presidencia, Manuel Campos, ha puesto en valor este estudio porque describe al "policía como ser humano y como persona física integrada en el grupo". Se trata de "una perspectiva nueva".

Además, Manuel Campos, también ha destacado los datos que se extraen del estudio que afirman que "nueve de cada diez policías no cambiaría de trabajo y el 86 por ciento de los policías son los que querrían ser".

Por último, el delegado de Gobierno, Joaquín Bascuñana, ha comentado que esta publicación sirve para "paliar ese desconocimiento" que gran parte de la sociedad tiene de estos profesionales "contribuyendo a reforzar el nexo de unión entre la sociedad y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Lo que se traduce en una "mayor confianza de la sociedad y mayor eficacia de ellos", ha concluido Bascuñana.

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