La investigación abierta tras la matanza que perpetró el pasado fin de semana un soldado de EEUU contra 16 afganos analiza si el alcohol pudo haber sido un factor en la matanza, revelaron este martes dos altos funcionarios militares a la CNN.

Según indicó uno de ellos, se encontró alcohol en la zona de la base donde vivía el sospechoso, aunque todavía no está claro si pertenecía al soldado o no. El oficial, que habló en condición de anonimato, indicó que se han llevado acabo análisis de toxicidad pero todavía no tienen los resultados.

Las Fuerzas Armadas han presentado un alegato de "causa probable", indicó a CNN un oficial de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), que permite mantener al sospechoso detenido, por considerar que existen pruebas suficientes que indican que se ha cometido un delito.

Miembros de la División de Investigaciones Criminales (CID) de las Fuerzas Armadas continúan la busca de pruebas y la reconstrucción de los hechos para preparar el proceso que se abrirá al soldado que perpetró la matanza en la localidad de Alkozaien la provincia de Kandahar, cuya identidad todavía no ha sido revelada.

La base se encuentra en un perímetro de seguridad, con lo que la vigilancia a través de cámaras de seguridad es constante y los investigadores revisan las imágenes en las que, según los funcionarios, se ve al soldado entrar y salir de la base.

El portavoz del Pentágono, el capitán John Kirby, indicó que los investigadores militares entrevistan a un amplio grupo de personas, tanto afganas como estadounidenses, incluyendo a los miembros del equipo del presunto agresor, según recoge CNN.

En cuanto al proceso, una vez que la CID complete su investigación, los investigadores transmitirán sus conclusiones a sus superiores y los oficiales tomarán las decisiones sobre el proceso judicial, explicó el portavoz del Pentágono, quien señaló que es pronto para saber si el soldado será juzgado en Afganistán.

Por otra parte, según explicaron funcionarios estadounidenses no hay una fecha límite para hacer públicos los cargos, pero en la gran mayoría de casos suele darse en un plazo de dos semanas desde la detención.

De momento se desconoce la identidad del militar y según apunta la cadena no se dará a conocer hasta que se formulen los cargos formalmente por las autoridades militares.

No obstante, aunque su nombre no se ha divulgado, medios estadounidenses han afirmado que el autor de los hechos es un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (EEUU).

De esa base, considerada como una de las más problemáticas de las Fuerzas Armadas estadounidenses, procedían también los cuatro soldados de EEUU condenados por asesinar a varios civiles afganos en 2010 y guardar parte de sus cadáveres como trofeos.

El supuesto autor de los hechos servía por primera vez en Afganistán, aunque había estado en Irak en varias ocasiones, donde según la prensa estadounidense sufrió un traumatismo cerebral.