La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar este lunes a Carlos C., el hombre acusado de matar a su ex pareja en Figueres la madrugada del 4 de agosto de 2008 y que se entregó posteriormente en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de esta ciudad con el cuerpo de la víctima en el maletero.

En la vista oral de esta tarde, el procesado ha relatado con detalle lo sucedido ante el jurado popular y ha reconocido que mató a la chica después de golpearla con un bote de metal, darle puñetazos y, finalmente, estrangularla con el cinturón de ésta.

A preguntas del fiscal, el acusado ha explicado que la noche de los hechos fue a buscar a la joven a una discoteca porque hacía una semana que no sabía nada de ella y quería hablar; cuando ella le vio se molestó porqué había ido a buscarla pero decidieron ir a Figueres para hablar más tranquilos.

Buscaron un sitio apartado y al final se calmaron las cosas e incluso iban a mantener relaciones sexuales, pero entonces a él le entraron ganas de orinar y salió un momento del coche; cuando volvió a entrar puso la radio y abrió la guantera: "Tuve dudas y pensé en rebuscar en la guantera a ver si encontraba algo".

Carlos C. se ha reconocido celoso y también ha afirmado que en ocasiones desconfió de la chica por rumores que le habían llegado; en la guantera encontró tres preservativos y pensó que ella ya estaba con otro porque durante su relación ellos no usaban anticonceptivos porqué a ella no le gustaban.

Entonces ambos se enfadaron y ella cogió un bote de metal para golpearle, pero él pudo arrebatárselo y empezó a golpearle en la cara, en las mejillas y no recuerda si le dio en la cabeza: "Le di dos o tres veces en la cara, no recuerdo si le golpeé la cabeza pero si presentaba heridas allí supongo que sí. Le pegaba con fuerza, estaba muy enfadado".

"En este momento no la dejé inconsciente porque recuerdo que me pegaba e intentaba defenderse, después la golpeé con los puños y no paraba de repetirle que me dijera la verdad, estaba en ira, en shock, no sabía lo que hacía y entonces cogí el cinturón que ella se había quitado", ha continuado el procesado.

"Le puse el cinturón en el cuello, ella intentaba evitarlo, pero le cogí de las manos. Como no me decía nada apreté más pero no pensé que pudiera morir, dejé de apretar cuando vi que no se movía", ha reconocido.

El acusado pasó muchas horas en el coche, sin tocar el cuerpo de la chica, hasta que ya de madrugada lo colocó en el maletero y llamó al 112 para que fueran a buscarlos; como no supo indicar exactamente dónde se encontraban decidió coger el coche y personarse en la comisaría de los Mossos en Figueres, donde se entregó y confesó lo que había hecho.

A preguntas de su abogado, ha explicado que cuando se dio cuenta de que la chica estaba muerta intentó suicidarse porqué la quería muchísimo, y que se arrepiente.

Penas de hasta 20 AÑOS

El fiscal y el abogado del Estado piden 19 años de prisión por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y el atenuante de confesión, mientras que la acusación particular, que representa a la madre de la víctima, eleva la petición a 20 años.

Por su parte, la defensa insiste en que el acusado estaba "obcecado" en el momento de los hechos.