Condenado a 18 años de prisión el ciudadano chino acusado de la muerte a golpes de su esposa

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a 18 años de prisión al ciudadano chino identificado como Xushang L. que el pasado 13 de enero de 2011 acabó con la vida de su esposa, a quien golpeó primero con un serrucho, después atacó con un cuchillo y finalmente agredió con una losa de mármol en la trastienda del establecimiento de frutos secos que regentaban en Granada capital.
Juicio A Chino Acusado De Matar A Su Esposa En Granada
Juicio A Chino Acusado De Matar A Su Esposa En Granada
EUROPA PRESS
Juicio A Chino Acusado De Matar A Su Esposa En Granada

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a 18 años de prisión al ciudadano chino identificado como Xushang L. que el pasado 13 de enero de 2011 acabó con la vida de su esposa, a quien golpeó primero con un serrucho, después atacó con un cuchillo y finalmente agredió con una losa de mármol en la trastienda del establecimiento de frutos secos que regentaban en Granada capital.

El tribunal le atribuye un delito de asesinato con la agravante de parentesco, después de que un jurado popular le condenara culpable de dar muerte a su esposa con "un aumento deliberado e inhumano de su dolor", un veredicto emitido al confesar el propio procesado que así lo pretendió. Además de la pena de cárcel, tendrá que hacer frente al pago de un total de 160.000 euros en concepto de indemnización a su hijo de seis años, que reside en China con su abuelo.

Tanto la Fiscalía como el resto de las acusaciones, la particular, que representa a la familia, la Abogacía del Estado, que actúa en nombre de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, y el letrado de la Junta de Andalucía, por la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social, ya habían pedido 18 años de prisión para el inculpado durante el juicio. Incluso la defensa, que inicialmente intentó que se contemplara en este caso la atenuante de arrebato y arrepentimiento, se unió a esa petición.

Según se considera probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a las 20,00 horas del 13 de enero de 2011, cuando el acusado, que se encontraba en la tienda de frutos secos, situada en la calle Trajano, discutió con su esposa, Weili W., y, aprovechando un descuido de ésta, cogió su tarjeta NIE (tarjeta de residencia). Instantes después, cuando su mujer se percató y le pidió que se la devolviera, el acusado se negó, y ella insistió y le expresó su deseo de poner fin a la relación y separarse, según consta en el escrito de acusación de la Fiscalía.

En un momento de la conversación, Weili W. se dirigió a la trastienda, separada del recinto público por una cortina, seguida por el marido, quien, con el firme propósito de acabar con su vida, la golpeó reiteradamente y por distintas partes de su cuerpo.

Pese a los continuos gritos de la mujer, que le rogaba que se detuviera y la llevara al hospital, el procesado sólo interrumpió su agresión al advertir la entrada en el establecimiento de dos jóvenes. El hombre se dirigió entonces hacia ellos con la cara y manos ensangrentadas y sin que, por su actitud, ellos pudieran imaginarse lo que acababa de ocurrir.

Uno de los clientes, suponiendo que el procesado estaba herido, se marchó en busca de un botiquín para curarle, mientras que la chica que lo acompañaba se quedó en el interior de la tienda con la intención de comprar. Sin embargo, el inculpado la condujo hasta la salida "sin darle ningún tipo de explicación" y cerró tras ella la puerta del local regresando al interior del habitáculo. Una vez allí, continuó golpeando a su esposa, que yacía en el suelo gravemente herida sin poder defenderse.

Entretanto, fueron avisados dos agentes de la Policía Local que patrullaban por la zona, quienes, tras fracturar el cristal de la puerta de entrada, accedieron a la trastienda, donde el acusado seguía golpeando a su esposa en la cabeza con un trozo de mármol, y lo inmovilizaron. Los policías dieron inmediatamente aviso a los servicios médicos de emergencia, si bien éstos nada pudieron hacer por la víctima, ya fallecida cuando acudieron.

A consecuencia de la "brutal agresión", Weilu W. sufrió hematomas en piernas, múltiples heridas incisas e inciso-contusas y equimosis en ambas manos, cara y cuero cabelludo, además de fractura abierta de cráneo, pérdida de sustancia ósea y salida de masa encefálica. La causa inmediata de la muerte fue la destrucción de centros vitales nerviosos.

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